miércoles, 20 de mayo de 2015

COMENTARIO EL CARNAVAL DEL ARLEQUÍN.
El carnaval del arlequín fue pintado por Joan Miró en 1924-1925 y supone el inicio de su etapa plenamente surrealista. Esta obra se encuentra en la Galería de Arte Albright de Nueva York. Nos encontramos con un lenguaje poético de signos que sugieren ensoñación, ingenuidad, fantasía y ambigüedad también. Este cuadro, aparentemente comprensible y a la vez hermético, tiene cierta vivencia poética y un fondo inalcanzable. El propio Miró dijo, refiriéndose a los dibujos que aparecían en la obra, que le fueron inspirados por “los terribles delirios del hambre”.
Joan Miró fue un pintor catalán que comenzó a pintar a finales del siglo XIX, dentro del Fauvismo, para pasar posteriormente al Cubismo, y también por el arte negro o el Neocubismo, profundizando luego en el Surrealismo, que le sirvió para crear un lenguaje con un estilo muy personal e inclasificable.
Bajo un aparente aspecto de hombre ordenado y cuidadoso que llevó una vida metódica, pulcra y austera, se esconde y plantea un fondo rebelde contra el arte efectista e intelectual.
Joan Miró nació en Barcelona el 20 de Abril de 1893. Ingresó en la Academia de Arte dirigida por Francisco Galí, en la que conoció las últimas tendencias artísticas europeas. Sus primeras obras están influidas por Cézanne y Van Gogh. En ellas, muestra ya su gusto por las figuras, los paisajes, retratos y desnudos.
En 1919, Miró viaja a París y conoce a Picasso, Jacob y algunos miembros de la corriente dadaísta, como Tristan Tzara. A pesar de su finalidad creativa al Surrealismo, nunca estuvo plenamente integrado en el grupo. Sus obras son extraídas del subconsciente con mucha fantasía. Miró quería hacer una mezcla de arte y poesía, creando así un arte nuevo, un ejemplo es El carnaval de arlequín.
Hacia 1934 Miró inicia su periodo salvaje. Son años de una abstracción más acentuada. A causa de la Guerra Civil, decide quedarse en París con su mujer y su hija, e inicia una pintura atormentada. También se ve profundamente afectado por la victoria del General Franco y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, momento en el que se refugia en un  pueblo Normando. Sin embargo, en 1941 regresa a Palma de Mallorca, donde vive hasta su muerte en 1983. En 1975 se inaugura en Barcelona la fundación Miró.
Centrándonos en la obra y su tema, trata del camino de la libertad y del ensueño, de lo onírico, que lleva a la creación de un mundo fantasioso.
En la obra se aprecia una clara tendencia por parte del pintor a llenar toda la superficie del cuadro con muchos elementos, símbolos abstractos que crea, utilizando un lenguaje propio, basados en formas de la naturaleza, con composiciones abigarradas; destacando el ojo como la presencia del hombre; la escalera, símbolo de la huida y la evasión, pero también de la elevación; los animales y, sobre todo, los insectos, que siempre le interesaron mucho. O la esfera, a la derecha de la composición, una representación del globo terrestre; en palabras del artista: "ya entonces me obsesionaba una idea: ¡He de conquistar el mundo!".
            A través de una ventana que se abre al exterior se advierte un azul del cielo con una pirámide de color negro, que Miró dijo ser la Torre Eiffel, una especie de llama roja, y un sol, con juguetes fabulosos, curiosos animales o criaturas semihumanas.  Algunos de los elementos aparecen representados posteriormente en otras obras, como las escaleras que pueden servir tanto para reflejar huida y la evasión o la ascensión, o los insectos, su gato, la esfera oscura (el globo terráqueo), etc.
Entre sus signos mezcla miniaturas de objetos reales con signos inventados, como una guitarra o un dado que, a la vez se complementan perfectamente con grafismos convencionales. También se ven notas musicales en un pentagrama que refleja el lenguaje de la guitarra.
La composición de los objetos está compuesta por figuras alargadas que resbalan y flotan en el espacio irreal entre objetos y animales. Los objetos que se distribuyen por el espacio dan sensación de flotar al estar colocados en una habitación en la que el suelo y la pared están realizados con perfecta perspectiva. Todo está lleno de vida que se muestra con el movimiento de la obra.
La técnica es miniaturista y meticulosa creada con gran sensibilidad y un extraordinario gusto innato, que casa perfectamente con el ambiente festivo que debe acompañar al carnaval.
La fantasía de colores que aparece en esta obra es prácticamente insuperable, destaca siempre por la utilización de los colores primarios (el azul, el amarillo y el rojo) utilizando además el blanco y el negro. Precisamente son los colores los que nos mueven a través de las diferentes figuras del cuadro, pero sin una dirección marcada por el artista, sino por el propio espectador.
Cabe destacar, finalmente, que El Carnaval del Arlequín es una obra detallista que exige una lectura detenida. Los colores, sobre todo los primarios, obedecen también a esta lectura detallada y participan igualmente de la unidad armónica del cuadro aportando más dinamismo a la obra.





lunes, 18 de mayo de 2015


TARDE DE DOMINGO EN LA ISLA DE LA GRANDE JATTE.

 

Este cuadro se centra en la isla de la Grande Jatte, un parque situado a las afueras de París donde los parisinos solían pasar sus días de campo, se sitúa en el río Sena entre la Défense y el suburbio de Neully. Este cuadro fue expuesto por primera vez en la octava exposición colectiva del grupo impresionista en 1886, es un óleo sobre lienzo y sus medidas son de 2 x 3 m.

 

Su autor es Georges Pierre Seurat nació en 1859 en Paris, a los dieciséis años ingreso en la Escuela Municipal de dibujo y poco tiempo después en la Escuela de Bellas Artes de Paris de la que se fue para estudiar independientemente las obras de los maestros en el Louvre. Después de haber realizado servicio militar empezó a trabajar con el dibujo. Todos sus cuadros los realizaba en el estudio y no al aire libre. Seurat construía la realidad haciendo una especie de mapa mental por lo que sus cuadros no representan una realidad concreta sino un esquema sintético propio y original. En vida no cosechó triunfos ya que se le consideraba un mal pintor y la polémica referente a su estilo continuo hasta su temprana muerte a los 32 años en 1891, solo años después sus cuadros alcanzaron la fama y se reconocieron como grandes obras de arte.

 

Seurat tardó dos años en acabar este cuadro y antes de terminarlo por competo realizó 38 bocetos y 23 dibujos para que el resultado le agradara.

La técnica que usaba y que nunca le fue reconocida es el puntillismo, esta técnica se basa en la aplicación de pequeños puntos de color puf en la medida exacta para que el ojo los mezcle y capte los diferentes matices y tonalidades.

 

Los cuerpos de las figuras representadas son formas geométricas curvas, estructuradas según cilindros y conos.

En esta obra se muestra gente parisina de clase media disfrutando de una tarde de domingo al lado del Río Sena, caminando o haciendo picnic. Se representan casi 40 figuras la mayoría de perfil o de frente.

Tema; Las mujeres que se encuentran en la orilla del río son unas prostitutas que usan la pesca como una tapadera de su verdadera actividad. En el margen inferior izquierdo vemos un barquero tumbado al lado de una dama de clase media y un hombre con un sombrero de copa. La mujer que está de pie en el lado derecho del cuadro se identifica por su mono mascota como una prostituta, el mono representa libertinaje. Por último, en el centro encontramos una señora con sombrilla, lo que era típico en aquella época de la clase alta.

La pareja de la derecha aparece desproporcionadamente grande porque la obra está hecha para ser observada desde la derecha y no desde el frente.

 

Respecto a la composición la obra está estructurada sobre elementos horizontales y verticales y todos ellos formando ángulos rectos.

Seurat capta el momento, no hay movimiento en la obra sino un perfecto y absoluto estatismo como se puede ver en el río que está excesivamente quieto.

 

Respecto al color en las zonas donde da el sol el color dominante está representado mediante puntos de naranja y amarillo mientras que en las zonas de sombra se combinan los azules. La yerba está pintada de manera monocroma al igual que las sobras que aparecen sobre ella y que son producto del empleo de la luz.

Además, Seurat pintó alrededor de todo el cuadro un “marco” natural formado por una trama de puntos de color azules y rojos en distintas tonalidades.

 

La luz es una luz natural que proviene del sol y que provoca las sombras alargadas sobre la yerba. Los puntos rojos y púrpuras crean la ilusión de la luz que ha sido, en parte, absorbida y que el ojo humano es capaz de distinguir.

 

Este cuadro se exhibe aun en el Instituto de Arte de Chicago. Es un cuadro importante ya que su autor, Seurat comenzó a utilizar la técnica que luego él mismo haría popular, la del puntillismo.

 

                                                                                                                 Ana Górriz y Alejandra Lacueva

Lluvia, vapor y velocidad
Esta obra pictórica perteneciente al romanticismo inglés fue creada en 1844 por Turner. Durante los últimos años del siglo XVIII Inglaterra aportó su contribución a la pintura del paisaje romántico a través de las figuras Constable y Turner.
Turner fue un artista inglés que nació en 1775. Por su temprano talento artístico fue animado por su padre a continuar con la pintura, este fue su más entusiasta admirador. Su obra en general se caracteriza por la investigación en los efectos lumínicos, determinante para el desarrollo del impresionismo.
Su trayectoria como artista consta de tres etapas. La primera se desarrolla desde 1800 a 1820, y en ella creó pinturas con temas históricos y mitológico. La segunda etapa se va desde 1820 hasta 1835, esta se caracteriza por una mayor profundización en la investigación de los efectos lumínicos y la uso de colores más brillantes y unos contornos más indefinidos. Por último, la tercera etapa va desde 1835 hasta 1845, en ella encontramos las mejores obras de toda su carrera, observamos como en las obras de este período plasma un paisaje lleno de fuerza y de movimiento en el que se diluyen los contornos hasta perderse y convertirse en una mera impresión de luz, color y movimiento.
Su mayor éxito lo logró con el desarrollo de un estilo muy personal y con la investigación acerca de los efectos atmosféricos y lumínicos de la naturaleza, una de las obras en las que vemos una clara representación de estos efectos es en ''Lluvia, niebla y velocidad''. Esta obra es óleo sobre lienzo de 91cm x 121.8cm, en ella encontramos un intento aislado y vanguardista de expresar luminosidad.
El paisaje indefinido y la excesiva luz hacen que el cuadro desprenda más emoción que la representación real de un objeto. El tren y el puente se funden con el paisajes y desaparecen dentro del cuadro que aparenta estar cubierto por una niebla entre la que se distingue el vapor de la locomotora. A pesar de la ausencia de detalles, se ha podido identificar esta vista con el puente del ferrocarril sobre el Támesis, construido en 1839 entre las localidades de Taplow y Maidenhead. Dicha obra de ingeniería fue muy criticada por dudar de la solidez de los dos grandes arcos de ladrillo que la sostenían.
Turner intenta conseguir los efectos de la acuarela mediante el óleo, por eso el color sustituye al dibujo como elemento esencial de la composición y las formas acaban por diluirse en un juego de luces, aspecto admirado por los impresionistas. El color predomina sobre el dibujo apareciendo los contornos fuertemente desdibujados. La paleta de colores utilizada es la típica de la última etapa de Turner, con colores terrosos que abarcan desde el marrón al amarillo.
La composición está ordenada a través de una diagonal que va desde el primer plano del cuadro hasta el fondo, como si fuera un punto de fuga.
Pilar Hernández, Natalia Soriano y Claudia Esteban

El carnaval del arlequín

El carnaval del arlequín



Para dar comienzo al comentario de esta obra, empezaremos hablando un poco sobre quien fue Joan Miró.

Joan Miró i Ferrà (Barcelona, 20 de abril de 1893-Palma de Mallorca, 25 de diciembre de 1983) fue un pintor, escultor, grabador y ceramista español, considerado uno de los máximos representantes del surrealismo. En su obra reflejó su interés en el subconsciente, en lo "infantil" y en su país. En un principio mostró fuertes influencias fauves, cubistas y expresionistas, pasando a una pintura plana con cierto aire naïf, como lo es su conocido cuadro La Masía del año 1920. A partir de su estancia en París, su obra se vuelve más onírica, coincidiendo con los puntos del surrealismo e incorporándose a este movimiento. En numerosas entrevistas y escritos que datan de la década de 1930, Miró manifestó su deseo de abandonar los métodos convencionales de pintura, en sus propias palabras de "matarlos, asesinarlos o violarlos", para poder favorecer una forma de expresión que fuese contemporánea, y no querer doblegarse a sus exigencias y a su estética ni siquiera con sus compromisos hacia los surrealistas.

Dentro de todo el reparto de sus obras analizaremos “El carnaval del arlequín”.

En esta obra tan emblemática de Joan Miró ya encontramos desde luego, asuntos claves del surrealismo como por ejemplo la ingravidez espacial y las imágenes múltiples entre otros aspectos.

Miro intentó plasmar las alucinaciones que le producían pasar hambre. No es que pintara lo que veía en sueños sino que el hambre le provocaba una especie de trance parecido al que experimentan los orientales. Entonces realizaba dibujos preparatorios del plan general de la obra, para saber en qué sitio debía colocar cada cosa. Después de haber meditado mucho lo que se proponía hacer comenzó a pintar y sobre la marcha introducía todos los cambios que creía convenientes. En la tela ya aparecen elementos que se repetirán despues en otras obras: la escalera que es de la huida y evasión, los animales y sobre todo los insectos, que siempre le habían interesado mucho.

En este cuadro aparecen multitud de objetos, pero ya se empieza a sistematizar el lenguaje característico de Miró. Las formas son el resultado de un proceso de transformación que las lleva a parecer abstractas, pero que Miró siempre rechazó, ya que él siempre parte de figuras concretas de la naturaleza. Esos signos (la escalera, los pájaros, el sol, las estrellas…) se irán definiendo y simplificando a lo largo de su vida hasta convertirse en verdaderos ideogramas
.
Es un óleo sobre tela de 66x90,5 que se encuentra actualmente en la colección de Allbright-Knox Art Gallery en Buffalo (Estados Unidos).

Esta obra supuso la plena aceptación del artista en el grupo surrealista de Paris, dirigido por André Bretón, que, incluso llegaría a afirmar que Joan Miró, con su gran imaginación, era el más surrealista de todos ellos, aunque el pintor catalán nunca se sintió como tal.

Una sinfonía de colores y formas en movimiento recorren todo el espacio real, realizado con las normas de la perspectiva tradicional, en donde vemos un suelo y una pared de fondo, en la cual, se abre una ventana que nos permite ver el exterior, en la que aparece una forma cónica  oscura (que ya sabemos lo que representa, en palabras del propio pintor) sobre un cielo azul intenso, un Sol y una llama roja aparecen a su lado.

     Es una obra detallista que exige una lectura detenida. Los colores, sobre todo los primarios, obedecen también a esta lectura detallada, y participan igualmente de la unidad armónica del cuadro, aportando más dinamismo a la obra. Por otra parte, los múltiples objetos parecen flotar en el espacio, como si la gravedad hubiera desaparecido en esta fantástica y onírica habitación. La escena es un carnaval, donde las apariencias pueden transformarse para ver otras que hay debajo. La realidad queda disfrazada y la apariencia es engañosa, debajo de la máscara se esconde otra forma.


Gustavo Armas.

domingo, 17 de mayo de 2015

Los jugadores de cartas

LOS JUGADORES DE CARTAS
Los jugadores de cartas es una serie de cinco cuadros sobre el tema de la partida de cartas que realizó el pintor francés Paul Cezanne entre 1890 y 1895.
Esta obra pertenece al post-impresionismo. Es una corriente que se desarrolla entre 1885 y 1900 aproximadamente y en él se agrupan las tendencias más diversas de la época junto a autores de la talla de Edvard Munch, Van Gogh... El post-impresionismo es un movimiento de reacción al impresionismo y se dividió en dos fases: el puntillismo y el simbolismo. Se aprovecharon los avances del impresionismo sobre la teoría del color e independencia de los temas y se introdujeron factores nuevos que revalorizaron la importancia del arte.
Paul Cezanne nació en Francia en 1839. Se le consideró el padre de la modernidad. En 1857 inició sus estudios artísticos en el L' Ecole Municipal Libre de Dessien. No logró superar el examen de ingreso y volvió a su tierra natal para dedicarse a la pintura. Sus primeras obras son de estilo suave romántico. Junto a otros pintores del momento presentó en París una exposición en cuyas obras domina la luz y el color pero no solo no tuvo éxito social sino que fue motivo de risas y burlas durante años. Por fin en 1882, el Salón Oficial, admitió una obra suya pero esto tampoco ayudó mucho a su vida artística. Es en el comienzo del siglo XX cuando sus obras empiezan a cotizarse  pero pronto al mismo tiempo su salud empeoró hasta que falleció en 1906.
El último cuadro de la serie es el más importante y conocido de todos. Los protagonistas de las telas son los campesinos de Aix y el jardinero del Jas de Bouffan, Vallier. Las fuentes de inspiración empleadas por Cézanne posiblemente fueran los jugadores de cartas pintados por Le Nain y Chardin. 
Las dos figuras se sientan a ambos lados de una pequeña mesa sobre la que apoyan los codos. Una alta botella nos da paso hacia la cristalera del fondo, por la que se intuye un abocetado paisaje. Los dos hombres están concentrados en el juego, interesándose el maestro en captar sus expresiones, y se presentan tocados con sendos sombreros típicos de las clases sociales humildes de la Provenza. El espectador se convierte en uno de los frecuentes observadores que contemplan estas partidas en las tabernas, al situarnos el maestro en un plano cercano a la escena y no hacer apenas referencias espaciales. La iluminación artificial se manifiesta en las sombras, especialmente en el reflejo blanco de la botella. La perspectiva es simple,  unos objetos tapan a otros sin más.

Pero una vez más, el protagonista del lienzo es el color que inunda todos los rincones de la tela. El hombre de la derecha viste una chaqueta de tonalidades grises amarillentas que tiene su continuidad en el pantalón de su compañero, vestido éste con una chaqueta de tonalidades malvas que se mezclan con diversos colores. El fondo se obtiene gracias a una mezcla de tonos aunque abunden los rojizos, en sintonía con la mesa y el mantel. La aplicación del color se realiza a base de fluidas pinceladas que conforman facetas, elementos identificativos del cubismo, del cual Cezanne es considerado como padre del movimiento que se caracteriza por tratar las formas de la naturaleza por medio de figuras geométricas, fragmentando líneas y superficies. Se adopta así la llamada "perspectiva múltiple": se representan todas las partes de un objeto en un mismo plano. La representación del mundo pasaba a no tener ningún compromiso con la apariencia de las cosas desde un punto de vista determinado, sino con lo que se sabe de ellas. Por eso aparecían al mismo tiempo y en el mismo plano vistas diversas del objeto: por ejemplo, se representa de frente y de perfil; en un rostro humano, la nariz está de perfil y el ojo de frente; una botella aparece en su corte vertical y su corte horizontal. Ya no existe un punto de vista único. No hay sensación de profundidad. Los detalles se suprimen, y a veces acaba representando el objeto por un solo aspecto, como ocurre con los violines, insinuados sólo por la presencia de la cola del mismo.
A diferencia del impresionismo del que Cézanne parte, en este trabajo prima el volumen y la forma sobre la luz, obteniendo ese volumen gracias al color en estado puro.

Este cuadro de la serie se convirtió en la segunda obra de arte vendida por más dinero en la historia, más de 250 millones de dólares se pagaron por ella. Actualmente se encuentra en el Museo de Orsay, en París.


EL GUERNICA
Pablo Diego Ruiz Picasso, famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo. Nace en Málaga. El padre era profesor de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela San Telmo. La primera infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos cultivaban con devoción. El niño era un escolar menos que discreto, bastante perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don José estimulaba.
La familia se traslada a La Coruña, en cuyo Instituto da Guarda son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de su hijo, más tarde el joven  es aceptado en esta escuela.
Obtiene una mención honorífica en la gran exposición de Madrid por su obra Ciencia y caridad, todavía de un realismo académico, en la que el padre ha servido de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus trabajos, influenciados por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas medallas en Madrid y Málaga
Realiza su primera muestra individual en ElsQuatreGats de Barcelona, de ambiente bohemio. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal.
Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado, mientras en 1937 pinta el Guernica en París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.
En 1944, se afilia al Partido Comunista Francés y da a conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño.
Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó agrias disputas.
Esta obra pictórica fue creada entre los meses de mayo y junio de 1937. El origen de la iconografía de desgarro y devastación tiene su origen en los sucesos del 26 de abril de 1937, en que la Legión Cóndor alemana bombardea el pueblo vasco de Guernica, durante la Guerra Civil Española. La noticia se difunde rápidamente por Europa, y Picasso, que vive entonces en París, lee en la prensa lo sucedido. El impacto que le provoca va a ser el detonante de su creatividad para ralizar esta obra.
Fue un encargo que realizó el Director General de Bellas Artes, Josep Renau por petición del Gobierno de la República Española. Este encargo se realizó para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París, con el fin de atraer la atención del público hacia la causa republicana en plena Guerra Civil Española.
 Esta obra no sólo es considerado una de las obras más importantes del arte del siglo XX, sino que se ha convertido en un auténtico "icono del siglo XX", símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.
Esta obra tiene aspecto de mural y se acerca a las pinturas románicas, tiene unas dimensiones de 349,3x776,6, siendo óleo sobre lienzo.
En el significado de esta obra vemos que las nueve figuras evocan lo mismo: el dolor, la muerte, el miedo, la destrucción, la rabia y la rebeldía, el grito y también la esperanza. Y los objetos reflejan el mismo lenguaje. Por una parte se pone de manifiesto la guerra a través de diferentes armas, como la espada, las flechas, la lanza o las bombas, posiblemente aludidas con la bombilla; por otra parte, la esperanza, insinuada mediante la flor en la mano del guerrero, la herradura de la pata del caballo o la luz natural del candil de la mujer que sale por la ventana. Picasso conforme va ensayando sus formas en los bocetos, traslada sus ideas al mural y va transformando, definiendo y recolocando a sus personajes. También introdujo pequeños toques de color a través de algunos collages, pero que finalmente decidió suprimir. La composición adquiere la forma de un tríptico con dos franjas verticales a ambos lados y un triángulo en el centro con la
 lámpara como vértice superior y la mano abierta del guerrero y el pie de la mujer que corre como vértices inferiores. En el cuadro encontramos contrastes de luz y sombra, de blanco y negro.
Entrando en el comentario técnico, el Guernica se trata de un óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 3,50 x 7,80. En este cuadro, a pesar de su nombre no hay en el ninguna referencia directa sobra la guerra civil española. En cuanto a los colores está pintando únicamente en blanco y negro y una amplia variada gama de grises.
La estructura de este cuadro es semejante a la de un tríptico, cuyo panel central está ocupado por el caballo agonizante y la mujer portadora de la lámpara, en el lateral derecho se sitúa la casa en llamas con la mujer llorando, y en el izquierdo el toro y la mujer con su hijo. Las figuras están organizadas en triángulos, de los cuales el más importante es el central, que tiene como base el cuerpo del guerrero muerto y como vértice la lámpara. En el cuadro aparecen representados seis humanos y tres animales (Toro, caballo y paloma). Los más destacados son:
-          El Toro: Aparece en la izquierda del cuadro, con el cuerpo oscuro y la cabeza blanca, Picasso sobre el simbolismo del toro indico que representaba brutalidad y oscuridad, también se ha señalado que la figura del toro como en otros cuadros de Picasso, puede ser un autorretrato del propio artista.
-          Madre con hijo muerto: Se sitúa bajo el toro, como si estuviese protegida por él, con la cara mirando hacia el cielo expresando un grito de dolor. Sostiene en sus brazos a su hijo ya muerto, según algunos críticos, esta imagen hace un alegato a la Virgen María sosteniendo en sus brazos a su hijo muerto.
-          Paloma: Situada entre el toro y el caballo, a la altura de sus cabezas, no resulta visible a simple vista. Es del mismo color que el fondo y únicamente está trazada su silueta, aparece representada con la cabeza vuelta hacia arriba y con el pico abierto. Se ha considerado un símbolo de paz rota.
-          Bombilla: Es una de las imágenes que más intriga envuelve, está ubicada en el centro del cuadro. Se interpreta como un avance científico y electrónico y social, pero al mismo tiempo una forma de destrucción masiva en las guerras modernas. El bombardeo de Guernica pudo ser una prueba de ello. 
-          Caballo: Ocupa el centro de la composición, su cuerpo esta hacia la derecha, pero su cabeza al igual que la del toro se vuelve hacia la izquierda. Adelanta una de las patas para mantenerse en equilibrio, pues parece que esté a punto de caerse. En su costado tiene una herida, y esta además atravesado por una lanza. Su cabeza y cuello son grises mientras que el pecho y sus patas son de color blanco. Simboliza las víctimas inocentes de la guerra.
-          Hombre implorando: Aparece un hombre mirando al cielo como rogando a los aviones que dejen de bombardear, es la forma artística del autor de decir “basta de guerras”
Como conclusión destacamos que Picasso dejó bien claro que, pese a ser patrimonio del estado español esta maravillosa obra, no debería ser expuesta en su país hasta que las garantías democráticas fueran restauradas y Franco no gobernara. El MOMA (siglas del Museo de Arte Moderno, en castellano) de Nueva York se convirtió entonces en sede permanente del inmenso lienzo.
LA NOCHE ESTRELLADA DE VAN GOGH
La obra se titula "La noche estrellada". Su autor es van Gogh. Vicent Willen van Gogh nació en los Países Bajos en 1853 y murió en Francia en 1890. Fue uno de los principales exponentes del post-impresionismo. Una figura central en su vida fue su hermano Theo, quien le prestó apoyo financiero de forma continua y desinteresada. La gran amistad entre ellos está documentada en las numerosas cartas que intercambiaron. A pesar que desde muy joven tuvo inclinación hacia el dibujo, su primer trabajo fue en una galería de arte. En 1855 pintó su primera obra "Los comedores de patatas". En ese momento su paleta se componía de tonos sombríos. La luz de colores vivos por la que es conocido surgió en obras posteriores, cuando se trasladó al sur de Francia, consiguiendo su plenitud durante su estancia en Arles en 1888. La calidad de su obra fue reconocida tras su muerte. Tuvo una gran influencia en el arte del s.XX especialmente de los expresionistas alemanes. Falleció a los 37 años por una herida de bala de pistola, no se sabe si por suicidio o asesinato. A pesar de que existe una tendencia general a especular que su enfermedad mental influyese en su pintura, se cree que las obras del artista están ejecutadas bajo un completo control, de hecho, el pintor jamás trabajo en los periodos en los que estaba enfermo.
Esta obra se trata de una famosa escena, una de las más vigorosas y sugerentes realizadas por Vicent. En pocas obras se ha mostrado la naturaleza con tanta fuerza como aquí. Vicent se encuentra recluido en el manicomio de Saint-Rémy y muestra en sus imágenes lo que ve desde su ventana. La noche le había atraído siempre especialmente porque se trataba de una luz diferente a la que se había empleado hasta esos momentos.  Van Gogh estaba orgulloso de ésta pieza que había pintado en Arles, presento en el ella las estrellas reflejándose en el río Rhone.
Hay unos aspectos fundamentales de la obra que se pueden describir en 3 puntos:
1) En primer lugar encontramos el cielo nocturno lleno de nubes con movimiento giratorio y rápido, estrellas ardiendo en su propia luminosidad y una luna creciente que brilla. El cielo mantiene el movimiento en los ojos de la audiencia, siguiendo las curvas creando una imagen punto a punto con las estrellas.
2)Abajo las colinas son onduladas y hay un pequeño pueblo. El punto central del pueblo es la aguja de la Iglesia reinando principalmente sobre los edificios más pequeños, creando un sentido de estabilidad en el pueblo.
3) A la izquierda de la pintura hay una estructura enorme y oscura con un sentido más grande de tamaño y aislamiento. Esta estructura es mucho más grande a escala de los otros objetos de la pintura.
Durante los años tempranos de la vida de van Gogh quiso dedicar su vida al evangelismo de los pobres. Muchas personas creen que este intento religioso se refleja en las once estrellas de la obra. En el Génesis aparece una declaración que dice así: " Y sonó otro más sueño, y les dijo a sus hermanos, y dijo, miren, yo he soñado un sueño y , miren, el Sol y la Luna y las once estrellas me hicieron reverencia".
Sin importar si esta inspiración religiosa es verdad, si es cierto que la pieza no es la única noche estrellada que van Gogh ha creado.
Es de destacar el tratamiento de la luz de las estrellas como puntas de luz envueltas en un halo luminoso a su alrededor, obtenido con una de las pinceladas más personales de la historia de la pintura: un trazo a base de espirales que dominan el cielo y los cipreses de primer plano, tomando como inspiración a Seurat y la estampa japonesa. Las líneas del contorno de los edificios están marcadas con gruesos trazos de tonos oscuros. Los tonos que van Gogh utiliza son malvas, morados y amarillos, que muestran el estado eufórico del artista, dándole impresión de predecir la grave recaída que tendrá poco más tarde.
La noche estrellada es una de las imágenes más conocidas en la cultura moderna además de ser uno de los grabados mas reproducidos y deseados. Cada día cientos de millones de personas se aglomeran alrededor de las pinturas originales en varios museos de arte para ofrecer su propia interpretación de los significados de las piezas.

Irene Doñate y Desirée Tavira.