lunes, 16 de febrero de 2015

LA CAPILLA SIXTINA

La Capilla Sixtina es uno de los edificios más famosos de la ciudad del Vaticano perteneciente al Cinquecento Italiano. Está ubicada a la derecha de la Basílica de San Pedro y es conocida principalmente por los magníficos frescos de su interior.

Fue construida entre 1471 y 1484, en la época del Papa Sixto IV, de donde procede el nombre por el que es conocida, aunque inicialmente recibió el nombre de Capilla Palatina.

Su arquitecto fue Giovani d’Dolci, quien se inspiraba estructural y arquitectónicamente en antiguos edificios griegos.

La Capilla Sixtina es un edificio de planta rectangular y grandes dimensiones,  cuyo material de construcción fue el ladrillo. Mide aproximadamente 40,9m de largo por 13,4m de ancho.

El exterior del edificio carece de decoración y además, no cuenta con una fachada principal ni con entradas exteriores, solo se puede acceder a través del interior del Palacio Apostólico. Cuenta con unos grandes contrafuertes para reforzar las paredes exteriores, necesarios por el agrietamiento y hundimiento de la mampostería.

En referencia a su interior posee un techo abovedado que se encuentra a 20,7m de altura. Se trata de una bóveda de cañón dividida en nueve tramos que simulan diez arcos fajones. La parte inferior de estas bóvedas queda dividida en grandes pechinas elevadas sobre unas pilastras. La Capilla cuenta con dos vanos a cada extremo y seis a cada uno de los lados.

Como ya hemos indicado anteriormente, su interior destaca por los valiosos frescos que decoran la bóveda. En el año 1508 el Papa Julio II encargó a Miguel Ángel que volviese a pintar la bóveda de la Capilla Sixtina, la cual había sido pintada con anterioridad y contaba con un cielo azul oscuro con estrellas doradas. Éste aceptó el encargo a pesar de que se consideraba a sí mismo escultor y no pintor. Por ello es sorprendente que realizará los admirables frescos con los que cuenta la Capilla Sixtina.

Miguel Ángel nació en Caprese (Italia) en 1475 y falleció en Roma en 1565. Fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los mayores artistas de la historia, tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica. Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médicis de Florencia y los diferentes Papas romanos.

Para las pinturas de la Capilla, Miguel Ángel utilizó una técnica llamada ``Buon Fresco´´ que se basaba en una reacción química denominada carbonatación.

 Esta técnica consistía en aplicarle a la pared muchas capas de cal. La primera mezclada con arena y el resto con mayor concentración de cal para dejar la superficie lisa. Una vez conseguido esto, y estando la pared húmeda, se aplican los colores que son absorbidos. Cuando la superficie se seca, se produce la carbonatación y los colores quedan integrados en la pared. Por lo tanto, esta técnica no dejaba margen de error, puesto que solo se podía pintar cuando la superficie aun estaba húmeda.

Para poder realizar los frescos de la bóveda, Miguel Ángel tuvo que levantar unos grandes andamios que se encontraban a 20m de altura, lo que le supuso un gran esfuerzo físico.

En referencia a las pinturas se pueden destacar nueve escenas que  representan las historias del génesis, desde la Creación hasta el renacer de la humanidad tras el Diluvio Universal: La separación de la luz y las tinieblas, La creación de los astros, La separación de tierras y aguas, La creación de Adan, La creación de Eva, El pecado original y la expulsión del Paraíso, el sacrificio de Noé, el Diluvio Universal y la embriaguez de Noé.

 Estas representaciones se encuentran en la franja central de la bóveda y se pueden agrupar entorno a tres significados: los tres primeros se refieren a la creación del mundo, los tres siguientes a la creación del hombre y la mujer, y los tres últimos a la maldad del hombre y el castigo divino. Además en las pinturas impares se pueden observar unos medallones sostenidos por unas figuras desnudas.

El hecho de que las figuras fueran representadas completamente desnudas no gusto demasiado al maestro de ceremonias,  Biagio de Cesana, y mando a un discípulo que tapara con más ropas a los personajes, pero Miguel Ángel se vengó de el pintándolo en el infierno y desnudo.

En cuanto a las paredes laterales de la capilla, se dividen en cuatro partes según sus pinturas:

-          La primera parte y la más alta, está formada por los lunetos donde se representa a los antepasados de Cristo con inscripciones en latín.

-          La segunda parte se representan a los pontífices expuestos por parejas a cada uno de los lados de los vanos.

-          La tercera parte, está formada por seis cuadros a cada lado y dos en la pared del fondo. Los de la izquierda del altar tratan la vida de Moisés y los de la derecha la de Jesucristo (entre los que se encuentra La última cena). Todos estos frescos fueron pintados por artistas del Renacimiento italiano, tales como: Perugino (La entrega de las llaves), Botticelli, Cosimo Rosselli, Domenico Ghirlandaio, Pinturicchio y otros.

-          La última parte se trata de las cortinas pintadas que coinciden con cada cuadro de la franja anterior.

En general, los colores que predominan en los frescos de la capilla  son colores primarios como el rojo y el azul, aunque también se pueden apreciar colores secundarios como el verde y el naranja.

Uno de los frescos más grandes de la Capilla Sixtina es la representación del Juicio Final. Mide 13.70m de alto y 12.20m de ancho y en él están representadas 400 figuras. Se encuentra situado en la pared del altar.

En la parte superior de la composición, que ocupa más de la mitad de la pared, está representado en el centro de la escena, el mundo celestial, presidido por Cristo que aparece levantando el brazo derecho en señal de impartir justicia. A su lado se puede observar a la Virgen María. Ambas figuras rodeadas por un conjunto de santos, vírgenes, apóstoles…

Por otro lado, en la parte intermedia a la derecha se encuentran los que ascienden a cielo, a la izquierda los pecadores que caen al infierno y en medio los ángeles que tocan trompetas para despertar a los muertos.

Por último, en la zona inferior izquierda se encuentra el traslado de los muertos en una barca hacia el juez del infierno. En los lunetos superiores están representados los ángeles con los instrumentos de la pasión.

Como ya hemos dicho anteriormente para realizar este fresco Miguel Ángel utilizó la técnica del ``Buon Fresco´´ y predominan los colores primarios como el rojo y el azul utilizado para el fondo.

Otro fresco destacado es la creación de Adán, que se encuentra en el centro de la bóveda de la capilla.

En este fresco Dios aparece con la mano derecha extendida hacia Adán para darle vida. Aparece rodeado de ángeles y su brazo izquierdo está alrededor de una figura femenina interpretada como Eva, aunque aún no había sido creada. El brazo izquierdo de Adán también está extendido de la misma manera que el brazo derecho de Dios, aunque sus manos no llegan a tocarse.

La gama de colores que predomina en esta representación son colores fríos. El color que  destacado en el cuadro es el  color  blanco del fondo que da un toque de luz al cuadro, dejando el primer plano, es decir a Adán y a Dios con un contraste de luz. También predomina el color verde en la superficie sobre la que está Adán y en una especie de fular que cae de una de los ángeles que rodea a Dios. Además, podemos observar el color rojo aunque en menos cantidad, en la nube sobre la que se encuentran Dios y los ángeles.

Cabe destacar la terriblitá que muestran los personajes, así como la  perfección y la anatomía voluminosa y musculosa de Adán.

Como curiosidad, se cree que Miguel Ángel escondió y camufló diferentes mensajes en los que se dejaba ver su crítica a la Iglesia católica.

Cabe destacar que  la Capilla Sixtina junto con sus frescos fue restaurada entre los años 1980 y 1984. En la restauración se dejaron sin limpiar pequeñas secciones para que se apreciara el contraste entre el estado de las pinturas antes  y después de ésta.

Finalizaremos con una cita del Papa Juan Pablo II: "Los frescos que aquí contemplamos nos introducen en el mundo de los contenidos de la Revelación. Las verdades de nuestra fe nos hablan desde cada lugar. De ellas, el genio humano ha sacado la inspiración empeñándose en revestirlas de formas de una belleza inigualable".








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