lunes, 27 de octubre de 2014

ERECTEIÓN

Dentro de la Acrópolis de Atenas (Grecia), situado en la parte norte, nos encontramos ante un conjunto arquitectónico muy peculiar, ya que no comparte las características típicas de la arquitectura clásica griega que predominaba en el siglo V a.C., el templo del Erecteión.
La obra del templo se le atribuye a Menesicles, aunque no se sabe con total certeza que arquitecto fue el encargado de ella.
El Erecteión fue construido para reemplazar el templo de Atenea Polias, que fue destruido por los persas durante las Guerras Médicas en el 480 a.C., proclamándose Atenas como vencedora. Tras la guerra, durante el gobierno de Pericles, se emprendió la reconstrucción de la Acrópolis ateniense. Menesicles, quien había construido los Propileos o puerta de acceso a la Acrópolis recibió el encargo de construir un templo en un lugar especialmente sagrado pues, según la tradición, en él se había celebrado la disputa entre Atenea y Poseidón por el patrocinio de Atenas. Además en dicho lugar se conserva el olivo que se creía que había hecho brotar Atenea y una fuente natural que había manado tras clavar Poseidón su tridente en una roca.
Poco después de su construcción, sufrió un incendio devastador aunque fue reparado rápidamente. Este no fue el único incendio que sufrió el templo, por lo tanto fue restaurado reiteradas veces, como en el época romana.
El templo del Erecteión tiene un aspecto singular, no se parece a una edificación religiosa típica griega. Esto es debido a que está muy condicionado por el terreno donde está ubicado y las necesidades rituales influyeron en su estructura asimétrica. Otro aspecto que demuestra la singularidad del templo es su planta ya que no tiene nada que ver con la planta característica de los templos griegos (rectangular). Esto se debe a que fue creado para reunir en un solo edificio varios santuarios antiguos.
El Erecteión constituye una obra de orden jónico hecha de mármol pentélico, el cual procede del Monte Pentélico y se caracteriza por tener una blancura uniforme con un ligero matiz que confiere un brillo dorado a la luz del sol. La antigua cantera está protegida por el gobierno griego y solo se usa para obtener material para la restauración de la Acrópolis. Tras sus numerosos incendios y restauraciones no se conserva demasiado bien pero se puede suponer que estaba decorado con adornos labrados y con un contraste de caliza negra y mármol pentélico.
El templo se divide en cuatro salas completadas con tres pórticos exteriores muy diferentes y a su vez orientadas hacia direcciones opuestas. A pesar de esto, el arquitecto consiguió crear un efecto armonioso desde cualquier punto de vista. En cuanto a sus pórticos encontramos uno principal con cuatro columnas altas y esbeltas y con capiteles muy elaborados, otro lateral con seis columnas en las que se pueden observar perfectamente las características del orden jónico y, por último, el pórtico de las Cariátides, caracterizado por seis columnas en forma de figuras femeninas.
 La construcción del templo sigue el esquema del estilo jónico, esto es, está formado por un entablamento compuesto por el arquitrabe, un friso corrido o de relieves continuos, y una cornisa sobre la que se apoya el techo. La techumbre del pórtico lateral y el de las cariátides es plana, mientras que el cuerpo principal del templo tiene el característico remate de frontones triangulares.
En cuanto al interior, encontramos una capilla dedicada a la Diosa Atenea, aislada de los otros espacios y precedida por un templo hexástilo. Los otros espacios están dedicados, entre otros, a Erecteo (rey por el cual el templo recibe su nombre) y a Poseidón.
El elemento más destacable del templo es el pórtico de las Cariátides. Este pórtico es curioso porque tiene seis figuras femeninas en lugar de columnas, y un entablamento jónico, con arquitrabe de tres bandas horizontales y un pequeño friso de molduras. Estas columnas en forma de figuras se conocen con el nombre de Cariátides, en memoria de las mujeres de Caria (Asia Menor) hechas prisioneras por los griegos durante las guerras contra Persia. Además, las figuras tienen un gesto sereno, hecho que recuerda a las mujeres mediterráneas que solían llevar cestas u objetos sobre la cabeza. Las mujeres soportan su peso sobre una pierna, doblando suavemente la otra, contraposto.
No se conservan los brazos de las Cariátides, pero se puede adivinar un gesto de tranquilidad, a medias entre enérgico y resignado. Se puede observar el gran trabajo del escultor en los pliegues de los vestidos, los adornos y el trenzado de los cabellos, los cuales terminan en un ábaco almohadillado creando una fantástica transición hacia el entablamento jónico.
Las cariátides del Esrecteión son atribuidas al escultor Alcámenes, discípulo de Fidias. La tribuna de las cariátides está dedicada a Pandrosia, hija del rey Erecteo. El pórtico de las cariátides se encuentra desplazado del eje central del edificio, de esta manera forma una saliente sobre la pared sur del templo, de tal forma que sus figuras femeninas dirigen su mirada hacia el Partenón.
El pórtico es inaccesible desde el exterior puesto que su alto pedestal esconde las escaleras que lo conectan con el resto del templo. Cuatro de estas cariátides están colocadas en el frente de su fachada y las dos a cada uno de sus lados. Todas las figuras del pórtico tienen las misma altura, rondando los 2’30 metros, y más o menos la misma estructura, aunque conservan pequeñas variaciones en el rostro, el peinado y los atuendos.
Durante la Guerra de la Independencia de Grecia el Erecteión quedó reducido a ruinas, lo único que sobrevivió fueron las cariátides. Desde entonces el templo ha sido reconstruido y las cariátides ubicadas en el Erecteión son réplicas. Cinco de las cariátides originales están expuestas en el museo de la Acrópolis de Atenas, donde se exhiben de manera que pueden verse desde diferentes planos, algo que no se podía conseguir en su ubicación original,  y la restante se localiza en el museo británico de Londres.

Almudena Bertolín y Gema Ponz














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