ÓRDENES
ARQUITECTÓNICOS
Los templos griegos constituían
los edificios más importantes de su cultura. Eran la morada de sus dioses y la
tarea de la arquitectura era hacerlos bellos. Los griegos consideraban la
belleza como el tributo a los dioses y su búsqueda como un ejercicio religioso.
Los secretos de la belleza residían en las relaciones o proporciones y trataban
constantemente de mejorar los materiales con los que se hacían los templos. De
esta forma los templos se convirtieron en los principales ornamentos de las
ciudades. Por otro lado, ya sabemos que un orden es la correcta ubicación de
los elementos arquitectónicos y la correcta relación con otros, de acuerdo a
determinados criterios. Distinguimos tres órdenes: Dórico, Jónico y Corintio.
ORDEN DÓRICO
La columna de orden Dórico surge
de la observación de estilos de otros templos más antiguos edificados por el
rey Doro, en la posteriormente región llamada Doria. En los templos de esa
ciudad, progresivamente se fueron diseñando las columnas para que fueran bellas
y prácticas. Se adoptó la proporción humana de un pie, su longitud era la sexta
parte de la altura del cuerpo humano, fue con esta medida como construyeron un
templo a Apolo que lo denominara Templo Dórico.
El dórico es el primero de los estilos
arquitectónicos desarrollados por los griegos y el que emplearon para construir
los edificios. El orden dórico, el más severo y masivo de los tres órdenes, se
volvió el elemento más importante de la composición arquitectónica de la época
y el mayor exponente de la expresividad artística en el arcaico tardío y los
periodos clásicos.
El estilo tornó la forma
definitiva en el siglo VII a.C. . Se siguió usando hasta el siglo II a.C. .
Este orden busca dar sensación de robustez y grandeza. Cuanto más tardío, más
esbelto y proporcionado es, lo que logra la armonía y belleza clásica. El
Partenón es el máximo exponente del
estilo, simboliza la fuerza y la heroicidad.
En cuanto a los elementos, el
orden dórico es el más austero de los tres. No utiliza basa, es decir, el fuste
de la columna descansa sobre el estilóbato, que es el escalón superior del
estereóbato, una plataforma con escalones cuyo borde escalonado es conocido
como crepidoma. El fuste es de sección circular, corto y poco esbelto. Su
diámetro no es constante por lo que produce una sensación de abombamiento en la
parte central. Las dimensiones de las columnas se refieren al módulo que es la
medida del radio en la base de la columna. El capitel se compone de tres
piezas, una de ellas es el ábaco, que es el encargado de soportar la estructura
horizontal de la construcción. Otra pieza es el equino, que se expande hacia la
parte superior con un sentido de transición entre las dimensiones del fuste y
el ábaco. La última parte que forma el capitel es el collarino, que es una
prolongación del fuste separado por una fina acanaladura. Además y por último, este estilo está
compuesto por un entablamento. Éste, está formado por el arquitrabe que es la
línea gruesa que recorre toda la alineación de columnas. Más arriba,
encontraremos el friso, que está decorado por una alternancia de triglifos y
metopas. Los triglifos pueden ser una reminiscencia de las cabezas de las vigas
de madera que formarían el entramado estructural de encubrición. Aparentemente
los observamos en vertical. Las metopas muestran bajorrelieves en diferentes
temas ornamentales. Por último, para finalizar, observamos la cornisa que es la
encargada de rematar el orden formando un saledizo que generalmente cuenta con
una moldura de tipo cimacio.
Las obra más importante es el
Partenón, situada en la acrópolis de Atenas.
ORDEN JÓNICO
Es uno de los cinco ordenes arquitectónicos
(mayores: Dórico, Jónico y Corintio y
dos menores: Toscano y Compuesto –una variante del corintio-). Es originario de
Asia Menor (actual Turquía) y perteneciente a la cultura griega clásica. Este estilo fue hallado al este de Grecia y
se utilizaba en las ciudades de Iona (ahora en la costa oeste de Turquía) y en
algunas islas del Egeo.
El orden jónico surgió a mediados del siglo VI A.C. en Iona, al suroeste e
islas de Asia Menor, donde se hablaba el dialecto jónico.
La columna Jónica consta de tres
partes: basa (que a su vez dos elementos Toro y Escocia), fuste y capitel. Se caracteriza por las siguientes
peculiaridades:
La columna va dotada de basa. Se trata de una pieza de apoyo
compuesta por tres molduras: dos boceles circulares o medios toros y una escocia intercalada entre ambos. En ocasiones, esta basa se apoya a su
vez sobre un plinto, pieza prismática de planta cuadrada de poco espesor. El fuste es de sección circular, y suele
presentar un ligero éntasis o gálibo. Posee 24 acanaladuras o estrías
separadas entre sí por finos filetes longitudinales. El tamaño total de la
columna suele ser de dieciocho módulos y el del propio fuste de dieciséis.
Frecuentemente, el fuste acaba en un collarino, y a la separación entre ellos se le llama astrágalo. El capitel es el elemento más
representativo de este orden y se reconoce por las dos volutas o espirales con que se adorna.
Forman parte del equi que se completa con otros
ornamentos en forma de ovas y dardos. El capitel
se remata con un estrecho ábaco rectangular. El entablamento mide generalmente un quinto del orden total. Está formado
por: El arquitrabe, que se muestra usualmente descompuesto en tres bandas
horizontales superpuestas y escalonadas. El friso es una banda continua adornada con una sucesión de metopas
solamente. Carga directamente sobre el arquitrabe. La cornisa coronada por el alero forma un saledizo que
generalmente cuenta con una moldura de tipo cimacio.
El primero de los grandes templos jónicos, que
solo duró una década antes de que un terremoto lo destruyera fue el Templo de
Hera en Samos, construido entre el 570 y 560 A .C. Fue el primer santuario de los dioses.
Uno de los templos más duraderos construidos en el siglo VI A.C. fue el Templo
de Artemisa en Efeso, una de las Siete Maravillas del Mundo.
El Partenón, a pesar de que se
ajusta sobre todo al orden dórico, también tiene
algunos elementos de orden jónico. Uno de los monumentos más puramente Jónico es la Acrópolis de
Atenas.
Orden Corintio
El orden corintio, según la
leyenda, está inspirado en una muchacha
que murió a causa de una enfermedad antes de contraer matrimonio. Su nodriza le
llevaba a su sepulcro un adorno que se encontraba en un cesto de mimbre
cubierto por un ladrillo para que ni los animales ni el viento pudieran tumbar
el cesto, que coloco sobre una raíz de acanto. Cuando esta semilla germino, fue
creciendo hasta que las hojas se toparon con el ladrillo lo que provoco que
estas se curvaran, dando origen así a la forma que adoptaría este capitel, es
de mencionar que este orden posee unas proporciones únicas y adornadas, la
estética principal radica en su capitel.
El orden corintio es el más
elegante y ornamentado de los órdenes arquitectónicos clásicos. Se atribuye su
creación al escultor griego Calímaco en el siglo IV a. C.
Este orden constituye una
variante decorativa del jónico, siendo empleado masivamente en la arquitectura
de época helenística y romana.
Se mantiene la forma del fuste,
variando sólo las proporciones, que son algo más alargadas, mientras que se
cambia la estructura del capitel, que posee una forma troncocónica invertida en
su centro y que se decora con dos filas de hojas de acanto superpuestas y
cuatro volutas en los ángulos superiores denominadas caulículos. La
ornamentación finaliza en un fino ábaco sobre el que se encuentra el
entablamento, cuyo friso, liso y corrido, suele decorarse con motivos de
guirnaldas y bucráneos.
Ahora describiremos sus elementos
más detalladamente:
La columna va dotada de basa. Que
se trata de una pieza de apoyo compuesta por tres molduras: dos medios toros o
boceles circulares y una escocia intercalada entre ambos que puede ir adornada
por unos listeles. También, en ocasiones, esta basa se encuentra apoyada en un
plinto, que es una pieza prismática de planta cuadrada de poco espesor. El
fuste es de sección circular y presenta un ligero éntasis. Se encuentra
acanalado por 24 estrías separadas entre sí por finos filetes longitudinales.
El tamaño total de la columna suele ser de veinte módulos y el del propio fuste
de dieciséis y dos tercios. El capitel es el elemento más representativo de
este orden y se reconoce por su apariencia de campana invertida o cesta de la
que rebosan las hojas de acanto, cuyos tallos dan lugar a una especie de
volutas o espirales (caulículos) en las cuatro esquinas. El entablamento mide
generalmente un quinto del orden total. Está formado por: El arquitrabe, que se
muestra descompuesto en tres bandas horizontales superpuestas y escalonadas. El
friso, que es una banda continua (sin metopas ni triglifos) adornada con una
sucesión de figuras en relieve. Carga directamente sobre el arquitrabe. La cornisa coronada por el alero forma un
saledizo que generalmente cuenta con una moldura de tipo cimacio.
Por ultimo he de mencionar, que
una de las construcciones más destacables ejecutadas según las pautas
estilísticas del orden corintio es el monumento de Lisícrates en Atenas,
levantado hacia el 334 a. C.
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