domingo, 26 de abril de 2015

LOS GRABADOS DE GOYA
Para introducirnos en los Grabados de Goya debemos hacer una  pequeña introducción del autor.
Francisco de Goya y Lucientes nace en Fuendetodos en 1746, un pequeño pueblo cercano a Zaragoza, el 30 de marzo de 1746. Su padre José Goya era maestro dorador, creció por tanto en un entorno en el que el arte era algo familiar. En Zaragoza comienza a estudiar en las Escueles Pías, donde conoce a Martín Zapater, aunque no fue un artista precoz demostró temprana afición por el dibujo y a los catorce años entro en el taller de José Luzan, pintor aragonés formado en Nápoles  en el estilo del ultimo barroco.

En 1763 se traslada a Madrid, su principal objetivo al igual que para los demás Artistas de su generación era lograr algún premio académico. Goya participa sin éxito en dos certámenes convocados por la asamblea de San Fernando, pues su fuerte personalidad artística no se sometía a las normas impuestas por la academia. En 1770 emprende un viaje a Italia, acude a un concurso convocado por la Academia de Parma del cual obtiene un gran éxito por el cual el jurado da cierta libertad en el tratamiento del tema. Tras su regreso a España realiza los primeros encargos de cierta importancia. Zaragoza pronto se le queda pequeña, en 1773 Goya se caso con Josefa Bayeux, hermana de Francisco Bayeux, pintor del rey y autor sobre todo de frescos, por mediación de su cuñado, Goya es llamado en 1774 desde Madrid para trabajar como cartonista en la Real Fabrica de Tapices de Santa Bárbara, esta había sido creada por  Felipe V.  Realizo 63 cartones en realidad óleo sobre lienzo la mayoría de ellos situados en el museo del Prado. En 1780 abandona la Real Fabrica de Tapices y es nombrado académico, en estos años Goya empieza a realizar numerosos retratos, se convierte en el mayor retratista de su tiempo con gran éxito y fortuna. Carlos IV y su esposa favorecen a Goya que es nombrado pintor de cámara en 1789, en 1792 a consecuencia de una grave enfermedad queda sordo, con cincuenta años Goya inicia la serie de sus grabados, destacando sus grandes series: Caprichos, Desastres, Tauromaquia y Disparates
 En torno al cambio de siglo realiza algunos de sus grandes retratos, como el retrato de la Familia de Carlos IV. La Guerra de la Independencia fue un suceso muy marcado en su vida, el artista muestra su visión en dos grandes obras: Los desastres de la Guerra una serie de grabados o en el cuadro del 2 de mayo y los fusilamientos del 3 de mayo. El 1823 abandona España y marcha a Burdeos, donde mure cinco años mas tarde.

Antes de explicar las diferentes series de grabado de Goya debemos definir grabado. Llamamos grabado a toda lámina o estampa impresa mediante diversas técnicas en las que el dibujo se realiza sobre planchas, normalmente de cobre, por medio de incisiones y se traslada después al papel una vez tintada la plancha mediante presión.

Encontramos diferentes tipos de grabado que se clasifican según el material con el que se realice la plancha sobre la que se va a trabajar y posteriormente a entintar la llamada matriz. Cuando la matriz es de madera el grabado se llama xilografía y consiste en grabar sobre la madera con ayuda de un buril la imagen que se quiere reproducir dejándola en relieve. Luego se entinta el relieve colocando después sobre la plancha el papel para que se fije la tinta. En caso de que la matriz sea de metal el procedimiento es a la inversa por lo que se hablará de grabado en hueco, que  generalmente es sobre plancha de cobre. En este caso el grabado puede ser directo y en él destaca la punta seca y el buril, en el indirecto cuando interviene el ácido, destacan el aguafuerte y el aguatinta.
Dentro de los grabados en hueco directo encontramos el grabado a punta seca en el que se incide directamente sobre la plancha con una punta metálica, también dentro de este tipo de grabados encontramos el grabado a buril que es una barrita recta corta de sección cuadrangular de acero o hierro que posee una punta cortante para abrir entallas. Por otro lado en el grabado en hueco indirecto destacamos el grabado a aguafuerte que consiste en aplicar a una plancha de cobre una fina capa de barniz para proteger las zonas que no queremos que sean atacadas por el acido, a continuación se ennegrece con humo para que sea más fácil realizar el dibujo, este se realiza con una punta de metal; introducimos la plancha en un baño de acido nítrico mezclado con agua dando lugar a que las zonas que no han sido protegidas por el barniz son mordidas por el ácido. Con esencia de trementina se retira el barniz y se entinta la superficie con un rodillo: la tinta resbala hacia los huecos, que en la hoja corresponderán a los negros, y desaparece en las partes no grabadas, que corresponden a los blancos, a continuación se coloca papel sobre la plancha y pasa por la prensa. La tinta corresponderá al dibujo y el resto estará en blanco. También dentro del grabado en hueco indirecto encontramos el aguatinta que es una variedad o complemento del aguafuerte, consiste en conseguir diferentes tonalidades de grises e incluso de negros profundos utilizando resina en polvo. Una vez que hemos empolvorizado la plancha con la resina en polvo, se calienta la plancha por el anverso para conseguir que se adhiera a ella, de modo que la plancha queda cubierta por una capa porosa y la acción del ácido sólo se limita a las partes que no están protegidas por resina. Después se cubre con barniz las zonas que se quieren conservar de la mordida del ácido. La plancha de cobre se somete a sucesivas inmersiones en aguafuerte, con diferente duración para cada zona en función del efecto que se quiera conseguir. Para definir blancos se aplica barniz protector sobre las zonas que tienen que ir en este color y se sumerge en aguafuerte durante poco tiempo, experimentando una corrosión ligera de las zonas que no están protegidas, por otro lado para definir grises medios se cubren con barniz las zonas correspondientes, se someten al baño y se corroen las superficies de los grises más oscuros. Y finalmente para definir los negros serán las zonas que han sido expuestas más veces a la acción del ácido, y por tanto, las más mordidas. A parte de todos estos, también encontramos otro tipo de grabado menos importante llamado litografía.

Goya ha de ser considerado como uno de los más grandes grabadores de la historia junto con Durero, Rembrandt y Picasso. Los primeros tanteas los realiza hacia 1717 en la técnica del aguafuerte. Sin embargo su curiosidad le lleva a experimentar continuamente técnicas y procedimientos. Para Goya la estampa tiene un poder de difusión muy superior al de la pintura por la posibilidad que aporta de multiplicar una misma imagen. En 1778 realiza una serie de copias de cuadros de Velázquez, tal vez debido al deseo de difundir y salvaguardar de posibles perdidas obras maestras de artistas españoles, pero también por la admiración por el pintor sevillano.
Sin embargo, son los caprichos, la primera serie de grabados concebida como una obra completa. Con estos grabados Goya inicia la actividad artística nueva y muy personal que le permite expresarse libremente al margen de los encargos oficiales. Goya combina el aguafuerte y la aguatinta y obtiene efectos de fondos sobrios de un negro o un gris uniforme.
En la génesis de los caprichos tal vez encuentra la crisis de su enfermedad y el episodio de su estancia junto con la duquesa de Alba en San Lucar de Barrameda. En febrero de 1799 se anuncia su venta en el diario de Madrid. Su contenido pone en peligro al pintor ante la Inquisición, pero Goya toma la precaución de ofrecer la serie al rey Carlos IV que la acepta. En esta serie se satirizan los vicios universales como la avaricia, la gula o el estado de superstición en que se encontraba el estado español explicando algunos tópicos de la época como la defectuosa educación de los niños, los matrimonios por interés o la prostitución.

La segunda serie de grabados formada por 82 estampas, lo constituyen los Desastres de la Guerra en los que se recoge sus impresiones sobre la guerra de la independencia en un verdadero ambiente antibelicista. Se describe la crueldad de la guerra, las atrocidades cometidas por ambos bandos y sus secuelas de hambre y destrucción. Aquí Goya combina el aguafuerte y la aguatinta. Establece violentos contrastes de luces y sombras para acentuar el terrible efecto que producen las escenas.
La tauromaquia fue la tercera serie en una época en la que el artista tiene casi setenta años y en el hay un sentimiento de amargo desencanto. Esta serie constituye un paréntesis entre los desastres y los disparates. Refugiándose en la emoción que las corridas de toros le habían causado desde su Juventud, el artista vuelve a encontrar la pasión por vivir en las suertes del toreo en la tensa embestida del toro o en la multitud sin rostro de los tendidos. Por un lado plasma una visión histórica de la fiesta y por otro sus recuerdos personales como gran aficionado a los toros.
Los disparates formados por 22 estampas, son la ultima serie de grabados y ciertamente los mas difíciles de interpretar y los mas enigmáticos. Tampoco se conoce el orden que el artista dio a las estampas. Estas servían de comentario de numerosos refranes por eso la academia las edita con el nombre de proverbios. Es más imprecisa pero parece reflejar mejor la atmosfera de pesadilla que presentan. Es evidente que traducen un clima espiritual muy próximo a las pinturas negras, desde el desencanto que el artista vive en los años de restauración absolutista. Son visiones de pesadilla, escenas absurdas, personajes que no son de este mundo, reflejo del subconsciente atormentado de un hombre que contempla la vida con profunda amargura.

El sueño de la razón esta incluido en la serie de los caprichos. El sueño de la razón produce monstruos, y  el pintor cae rendido sobre su mesa de trabajo, rodeándole una serie de animales, sus propios monstruos y fantasmas. La palabra sueño tiene dos significados –dormir y soñar-, lo que permite que la frase se interprete de dos maneras. Si significa dormir, entendemos que cuando la razón se queda dormida, los monstruos nocturnos asoman la cabeza, y por lo tanto es preferible que se despierte para apartarlos. Los monstruos son externos a la razón. Pero si la palabra significa soñar, entonces es la propia razón la que produce esos monstruos cuando funciona por la noche. La razón, por tanto, produce ideas claras, pero también pesadillas. La razón está ausente cuando duerme, porque se dedica a soñar. El proyecto ya no es destruir las supersticiones y los fantasmas, sino entenderlos, y domesticarlos. Cuando lo consigue, estas visiones ya no dan miedo. Goya une razón e imaginación, reflexión e inconsciente sin considerarlos incompatibles, enriqueciendo de esta manera la doctrina de la Ilustración. Con este grabado también podría aludir al deseo del artista por desenmascarar todos los monstruos de la sociedad a través de sus estampas, destacando así el poder de la razón sobre las tinieblas de la ignorancia.


Natalia Soriano, Pilar Hernández y Claudia Esteban.



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