viernes, 24 de abril de 2015

SATURNO DEVORANDO A SUS HIJOS
La obra es una pintura de Francisco de Goya y Lucientes, su situación histórica se localiza en el neoclasicismo pero sin embargo, es un pintor inclasificable, comprometido con la época que le tocó vivir.
Goya nació en 1746 en Fuendetodos, provincia de Zaragoza y murió en Francia en 1828. Fue un pintor y grabador español. El arte goyesco supone el comienzo de la pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX. Tras un lento aprendizaje en su tierra natal, viaja a Italia donde toma contacto con el neoclasicismo. Una grave enfermedad le lleva a acercarse a una pintura más creativa y original, que expresa temáticas desagradables para la decoración de palacios reales, como es la de Saturno devorando a su hijo.
Su contexto histórico es una época en la que Goya atravesaba una etapa depresiva causada por la Guerra de la Independencia y la sordera, entrando en un conflicto interno, esta obra incluida en la serie de pinturas negras quizás sea la más terrible. Vista desde un análisis psicológico apunta en dirección al miedo de las últimas etapas de la vida, por lo cual, Saturno intenta recuperar la juventud alimentándose de la de su hijo. El estado anímico del autor es el del gran protagonista.
Según la mitología, el Dios Saturno debía eliminar a todos sus hijos para evitar que lo destronaran. Así, cuando nacían de su mujer Cibeles, él directamente se los comía. Sin embargo, su mujer, tras nacer Júpiter y Juno, tan solo le mostro al padre a su segundo hijo poniendo en lugar de Júpiter a una piedra que vistió en forma de muñeca. Saturno, persuadido por el engaño, se comió la piedra mientras que Cibeles hizo criar secretamente a Júpiter en la Isla de Creta. Finalmente, cumpliéndose la profecía, Júpiter destronó a su padre convirtiéndose en el padre de los Dioses.
La técnica utilizada es óleo a secco, es decir, óleo sobre la pared, traspasada posteriormente a lienzo para su exposición en el Museo del Prado. De estilo prerrománico es uno de los puntos de partida del expresionismo moderno.
En "Saturno devorando a sus hijos", Goya, de fondo negro nos representa de cuerpo entero a un personaje desdibujado, cuya deformidad es evidente y que produce mucho más dramatismo en la escena. Así, otro elemento que representa dicha crueldad es que apenas es dibujo sino una simple mancha.
Representa al Dios como un verdadero monstruo, con unos ojos muy abiertos y atormentados, locos de ira. Presenta al tiempo como un animal inexplicable que nos devora. Se trata de una pintura muy cruel en la que se muestra lo feo, lo terrible, ya no es la belleza el objeto del arte, sino el pathos. Está lleno de dramatismo sobre todo visto en dos puntos: el primero es la boca del Dios desgarrando la carne de su propio hijo y el segundo la mancha de color representando a la sangre.

La gama de colores empleada se reducen a ocres, dorados, grises y negros. Las llamadas pinturas negras de Goya, no solo por las tonalidades oscuras dominantes sino también por la temática elegida por el autor, nos muestran por un lado a un pintor que se aleja del academicismo y por otro lado se nos presenta como una persona con una visión tremendamente pesimista del ser humano. Para finalizar, esta etapa se considera precursora en casi un siglo del movimiento expresionista que se dará en los primero años del siglo XX.



Desirée Tavira e Irene Doñate

No hay comentarios:

Publicar un comentario