CLAUDIA ESTEBAN, PILAR HERNANDEZ Y
NATALIA SORIANO.
LAS
MENINAS.
Las
meninas es una de las obras pictóricas más famosas del pintor barroco español Diego Velázquez que le
encargó la familia real. Según Antonio Palomino, un pintor y
tratadista de la pintura española, esta obra fue finalizada en 1656, esta fecha
corresponde con el último período artístico del artista.
Diego Velázquez es un pintor sevillano que nació en 1599,
fue una persona discreta y reservada, descendía por la familia paterna de
Portugal y sevillanos por la rama materna. Velázquez uso el apellido materno e
intentó demostrar sin éxito la nobleza de su familia. Comenzó a trabajar en el
taller sevillano del maestro Francisco
Pacheco con 11 años, fue quien hizo que Velázquez se convirtiera en un gran
artista, además también fue su suegro. Sevilla
en esta época era una de las ciudades más ricas y pobladas de España, era también
un importante centro cultural y artístico. En 1617 Velázquez se examina ante el gremio
de pintores de la ciudad de Sevilla y queda inscrito como uno de ellos. A
partir de ese momento pudo tener su taller y aprendices propios y recibir
encargos. Pronto empezó a destacar sobre los demás artistas de la ciudad, en
estos años iniciales Velázquez utiliza una paleta de colores terrosos y recurre
a la técnica del tenebrismo. Para
Velázquez su máxima aspiración era convertirse en pintor real, para ello realizo sin éxito su primer viaje a Madrid,
sin embargo en su segundo viaje consigue retratar al rey y es nombrado pintor
de cámara, a partir de esos años se instala definitivamente en Madrid. Su
carrera artística obtuvo cada vez mayor reconocimiento hasta conseguir su
máxima ambición, su nombramiento como caballero
de la Orden de Santiago. Velázquez pinto este cuadro en 1656, año perteneciente
al reinado de Felipe IV, penúltimo monarca de la dinastía de los Austrias en
España, hacía más de diez años que había tenido lugar la caída del Valido
Conde-Duque de Olivares y ocho años del final de la guerra de los treinta años
cuyas consecuencias para España y el reinado de Felipe IV fueron un clara
decadencia del imperio español. Velázquez murió el seis de agosto de 1660 y fue
enterrado con el vestido y la insignia de caballero de la Oren de Santiago.
Velázquez
desarrolló su carrera durante el siglo
XVIII, y en ella podemos encontrar diferentes
etapas que corresponden con los lugares donde viajaba y realizaba sus obras.
Estas etapas son: la etapa sevillana, primera etapa madrileña, primer viaje a
Italia, segunda etapa madrileña, segundo viaje a Italia y tercera etapa
madrileña. Esta obra pertenece a la última etapa madrileña, a pesar de que en
la obra el propio Velázquez se representa con un aspecto mucho más joven que el
que tenía en realidad cuando realizo esta obra.
El
tema central que representa el cuadro es el retrato de la infanta Margarita de
Austria, colocada en primer plano y rodeada por acompañantes ''las meninas'',
aunque también aparecen otros personajes. También recibe el nombre de ''La
familia de Felipe IV'', pero en 1843 fue cuando se le atribuyo el nombre de
''Las meninas''. Menina es un
término de origen portugués que se utilizaba en la Corte española para
referirse a las damas de familia noble que desde muy jóvenes entraban a servir
como doncellas de honor a la reina y a las infantas. En este caso, las dos
meninas aparecen a ambos lados de la infanta Margarita y son María Agustina
Sarmiento e Isabel de Velasco. Dos personajes secundarios que terminarían por
dar título al cuadro.
Es una pintura realizada en óleo sobre lienzo de
grandes dimensiones, formado por tres bandas de tela cosidas verticalmente
donde las figuras situadas en primer plano se representan a tamaño natural. El
artista resolvió con gran habilidad todos los problemas del espacio en su obra
gracias al dominio que tenia del color y a la gran facilidad para representar a
los personajes. El cuadro está dividido en tres líneas que agrupan a sus
personajes. La parte principal está
formada por la infanta las dos meninas, Mari Bárbola y Nicolas de Portusato, en
la segunda franja aparecen el propio autor, Marcela Ulloa y el personaje
que la acompaña, y por último en la
última línea se sitúa el personaje que se observa al fondo del cuadro, esta
perspectiva lineal utilizada por Velázquez aporta una gran sensación de profundidad
en el cuadro. En cuanto al análisis técnico de los personajes de esta obra
podemos encontramos a:
-
Los reyes Felipe IV y Mariana de
Austria, aparecen reflejados en un espejo, colocado en el centro y fondo del
cuadro. Una hipótesis sobre su representación es que precisamente es el retrato
de los monarcas los que estaba representando Velázquez.
-
José Nieto Velázquez, era el aposentador de Palacio, en la obra aparece
representado en el fondo, en la puerta abierta por donde entra la luz exterior.
Se muestra con la rodilla doblada y los pies sobre escalones diferentes.
- Diego
Velázquez, el autorretrato del autor se encuentra de pie, delante de un
gran lienzo y con la paleta y el pincel en sus manos. El emblema de la cruz de
Santiago que luce en el pecho fue pintado posteriormente.
-
María Agustina Sarmiento, menina de
la infanta Margarita situada a su izquierda. Está ofreciendo agua en una
pequeña vasija, la menina inicia el gesto de reclinarse ante la infanta real,
gesto propio del protocolo real.
- Isabel
de Velasco, segunda menina de la infanta, aparece de pie a la derecha de la
infanta vestida con la basquiña de guardainfante en actitud de hacer una
reverencia.
-
Infanta Margarita, es la figura
principal del cuadro, tenía cinco años de edad cuando fue representada y
alrededor de ella gira toda la representación. Fue uno de los personajes reales
que más veces retrato Velázquez a lo
largo de su carrera artística.
- Mari bárbola,
enana de origen alemán que formaba parte de la Corte, entro en la corte cuando
nació la infanta, se puede observar por su rostro que padecía alguna
deficiencia física, aparece a la derecha de la infanta.
-
Nicolás de Portusato o de
Portosanto, enano de origen noble nacido en Italia que lo encontramos junto al
perro mastín que aparece en la parte derecha del cuadro.
- Marcela
de Ulloa, guarda menor de damas en la Corte, era la encargada de cuidar y
vigilar a todas las doncellas que rodeaban a la infanta Margarita, se encuentra
representada con vestiduras de viuda y conversando con otro personaje.
- Guardadamas
de la Corte. Único personaje sin identificar con seguridad, situado a la
derecha de Marcela de Ulloa.
El
conjunto de perspectivas utilizadas es único y produce un efecto “atmosférico”
en el ambiente representado, como si el pintor hubiese pintado el aire entre
las figuras. En primer lugar la
perspectiva aérea sirve para generar la sensación de que la sala continúa
más allá del lienzo, difuminando progresivamente las gamas tonales. La obra se
divide en tres planos. En el primer plano la luz entra por la ventana, para ir
acentuando la penumbra a medida que se aleja. De repente esta penumbra se rompe
bruscamente al penetrar a través de la puerta un gran foco de luz que amplia
enormemente el espacio. De esta forma quedan muy iluminados los personajes del
primer plano y del fondo, quedando el espacio intermedio en penumbras.
La perspectiva lineal, es decir, diversas líneas
imaginarias, verticales y horizontales (línea del techo-pared; cuadros
colgados, el suelo) que guían nuestra vista hacia el fondo y nos hacen creer en
una fuerte tridimensionalidad.
El
punto central de la perspectiva, converge en José Nieto, apoyado en el marco de
la puerta. Los personajes del primer plano contrastan con el esbozado de los
objetos de la habitación.
Velázquez
tiene una gran influencia de Tiziano y
Rubens. Su pincelada es alargada y más difusa a medida que el espectador
aleja su ojo del cuadro. Los colores predominantes en la obra son los cálidos,
de gama cromática limitada y contenida, con predominio de acromáticos (grises) ocres
y blancos que aportan luminosidad. Pequeños detalles de rojo, atraen la
atención y rompen con la monotonía cromática.
En
cuanto al espejo se supone que la reina y el rey están fuera de la pintura, y
su reflejo en el espejo los sitúa en el interior del espacio pictórico. El
espejo, situado sobre el muro del fondo,
muestra lo que hay: la reina, el rey. Una hipótesis alternativa es que el
espejo refleja la tela de Velázquez, tela que ya tiene pintada con la
representación de los reyes. De hecho, este cuadro sólo tiene sentido óptico si
se ve desde las pupilas de los reyes
Las
Meninas no es un cuadro de Corte, que represente al Rey ni a los cortesanos,
sino una escena cotidiana dentro de la Corte. Era un cuadro muy extraño para la
época. Nadie sabe lo que está pasando en el cuadro; se dice que Velázquez
estaba pintando al Rey y a la Reina, que están fuera de cuadro. Otra teoría
sería que el Rey interrumpe a Velázquez, que está pintando a las Meninas y
todos miran hacia él. Pero lo realmente bonito del cuadro es que nadie lo sabe.
El misterio que rodea al cuadro es mucho más interesante. Trabajar sobre un
misterio es mucho mejor que hacerlo sobre una certeza.
Probablemente
Las meninas han estado influenciadas por la obra de Jan van Eyck, El matrimonio
Arnolfini. Cuando Velázquez estaba pintando Las meninas, el cuadro de Van
Eyck formaba parte de la colección de palacio de Felipe IV y Velázquez, sin duda,
conocía muy bien esta obra. En El matrimonio Arnolfini de manera similar, hay
un espejo en la parte posterior de la escena pictórica, que refleja dos
personajes de cara y una pareja de espalda. Aunque estos personajes son muy
pequeños para poder ser identificados. Un efecto similar está presente en la Venus del espejo, el único de los
desnudos pintados por Velázquez que se ha conservado; la cara del personaje se
desvanece en el espejo, más allá de todo realismo. El ángulo del espejo es tan
fuerte que aunque normalmente sea descrita como que se está mirando en él, está
de manera desconcertante mirando al espectador.
Como
conclusión vamos a hacer referencia a una cita sobre la grandiosidad de este
cuadro elaborada por Víctor Nieto Alcaide, historiador de arte de la UNED.
... fue el primer pintor cultivado, […] en todas
las disciplinas, principalmente en aritmética y geometría, sin las cuales decía
que no podía culminar el arte. […] este arte se admitía como primer grado de
educación liberal. Lo cierto es que siempre tuvo el prestigio de ser practicado
por hombres libres y más tarde por personajes de alto rango, y de haber estado
vetado siempre a los esclavos. Esta es la razón por la que ni en pintura ni en
escultura hay obras famosas realizadas por esclavos»
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