sábado, 14 de marzo de 2015

LA VOCACIÓN DE SAN MATEO



La Vocación de San Mateo es una obra de Caravaggio, que se realizo a principios del Barroco, durante los años 1599 y 1600. Se encuentra en un lateral de la capilla Contarelli en la iglesia de San Luis de los Franceses en Roma, donde aún se conserva. Sobre el altar de la capilla se encuentra la obra de San Mateo y el ángel y en el otro lateral el Martirio de San Mateo. Es una pintura mueble cuya técnica es el óleo sobre el lienzo y mide 3,22 x 3, 40m.

La historia de este cuadro comienza 40 años antes de que se pintara. En 1560 un cardenal francés, adquirió en la iglesia de San Luis de los franceses en Roma una capilla, que hoy lleva su nombre, la capilla de Contarelli. Veinte años más tarde el cardenal falleció y en su testamento había dejado a su encargado dinero e instituciones para la decoración de esa capilla. Eran muy precisas y dejaban claro que debían recoger imágenes y escenas de la vida de su patrón, San Mateo. Se contrató a Joseph Cesari, uno de los pintores manieristas de Roma y del propio papa Clemente VII. Él se comprometió a ejecutar las pinturas en año y medio pero siete años más tarde, el encargo seguía sin ejecutarse. Cansados de esperar, en 1599 se firma un nuevo contrato con Caravaggio, un pintor casi desconocido y joven, quién en el tiempo marcado la realizó.

Se trataba de una obra bien pagada y en un espacio sagrado pero de acceso al público e importante.
Su autor Miguel Ángel Merisi, nació en 1571 en una ciudad de Roma llamada Caravaggio, de ahí su sobrenombre. Durante los primeros momentos de artista se muestra influenciado por el manierismo pero tempranamente se va adentrando en el naturalismo que tiene su traducción técnica en el empleo de contrastes entre luz y sombra.

La personalidad compleja y agresiva de Caravaggio le llevó por una vida ajetreada y violenta. Una larga estancia en un hospital marcó su pintura, pasó de colores más claros y temas picaros y amables a torturas y martirios. Murió en 1610 con tan solo 39 años en un ambiente de enigmas.

En el caso de la Vocación es de temática religiosa, Caravaggio describió a su manera, el pasaje bíblico en que se narra como Mateo se convirtió en apóstol de Cristo según el evangelio.

La lectura del cuadro está dirigida por la luz que entra por una ventana que queda fuera del cuadro. Se distinguen dos grupos de personajes: el primero, dos figuras de pie que representan a Cristo, acompañado de San Pedro, estos señalan a uno de los personajes de la mesa, invitándole a seguirle. Caravaggio pintaba muy rápido y de manera directa y en este cuadro su arrepentimiento fue la introducción de San Pedro porque tapa casi por completo a Cristo, esto no aparecía en la idea original del autor pero lo añadió luego.

En el segundo grupo aparecen unos hombres entorno a una mesa. San Mateo se encuentra con cuatro acompañantes y con gesto sorprendido, parece preguntar si es a él a quien llama y se dispone a seguirles. Un hombre mayor con anteojos mira a un joven que continúa absorto en las monedas, ignorando lo que ocurre, mientras los dos jóvenes de la derecha parecen sorprendidos ante los recién llegados.

Esta escena representa un  anacronismo, ya que encontramos a Cristo y San Pedro en el S. XVII, que reconocemos por la vestimenta de los personajes, siendo contemporáneos de Caravaggio. El plano superior tiene un fondo neutro y una ventana pero el foco de luz proviene del exterior del cuadro, creando una línea diagonal que ilumina la escena.
Para crear profundidad y volumen vemos la técnica del tenebrismo iniciada por Caravaggio y el uso del claroscuro. Se caracteriza por el contraste de luces y sombras, creando dramatismo.

También es destacable el realismo de Caravaggio, que imita perfectamente materiales como plumas, pelos o telas. Este realismo junto con el tenebrismo logra un estudio psicológico de los personajes, reprensados con la misma humanidad sin importar su clase social.

Los colores de la obra son cálidos pero pálidos. Predominan los secundarios entre los que encontramos tonos tierra, grises o naranjas, aunque también se utilizan colores primarios como el rojo en algunas telas.

En cuanto a las influencias, Caravaggio se inspiró para esta composición en un grabado de Holbein y utilizó algunos de los modelos habituales en sus cuadros como La Buenaventura. Caravaggio no se olvidaba de los maestros del renacimiento, y rinden este cuadro un pequeño homenaje, tanto a Miguel Ángel como a Leonardo. La mano extendida de Cristo imita el mismo gesto que Miguel Ángel había pintado en la Capilla Sixtina al evocar la creación del hombre.

De Leonardo parece acordarse también al decidir la postura de los personajes alrededor de la mesa, que evocan La última cena

Aun con la popularidad de esta obra, la fama de Caravaggio apenas se conservó tras su muerte porque no creó su propio taller para difundir su estilo. Sin embargo, su técnica del tenebrismo fue muy importante, e influyó en pintores posteriores.





Raquel Vivas y Celia Alfanjarín

No hay comentarios:

Publicar un comentario