sábado, 14 de marzo de 2015

Las Meninas

CLAUDIA ESTEBAN, PILAR HERNANDEZ Y NATALIA SORIANO.

LAS MENINAS.


Las meninas es una de las obras pictóricas más famosas del pintor barroco español Diego Velázquez que le encargó la familia real.  Según Antonio Palomino, un pintor y tratadista de la pintura española, esta obra fue finalizada en 1656, esta fecha corresponde con el último período artístico del artista.

Diego Velázquez es un pintor sevillano que nació en 1599, fue una persona discreta y reservada, descendía por la familia paterna de Portugal y sevillanos por la rama materna. Velázquez uso el apellido materno e intentó demostrar sin éxito la nobleza de su familia. Comenzó a trabajar en el taller sevillano del maestro Francisco Pacheco con 11 años, fue quien hizo que Velázquez se convirtiera en un gran artista, además también fue su suegro. Sevilla en esta época era una de las ciudades más ricas y pobladas de España, era también un importante centro cultural y artístico. En 1617 Velázquez se examina ante el gremio de pintores de la ciudad de Sevilla y queda inscrito como uno de ellos. A partir de ese momento pudo tener su taller y aprendices propios y recibir encargos. Pronto empezó a destacar sobre los demás artistas de la ciudad, en estos años iniciales Velázquez utiliza una paleta de colores terrosos y recurre a la técnica del tenebrismo. Para Velázquez su máxima aspiración era convertirse en pintor real, para ello realizo sin éxito su primer viaje a Madrid, sin embargo en su segundo viaje consigue retratar al rey y es nombrado pintor de cámara, a partir de esos años se instala definitivamente en Madrid. Su carrera artística obtuvo cada vez mayor reconocimiento hasta conseguir su máxima ambición, su nombramiento como caballero de la Orden de Santiago. Velázquez pinto este cuadro en 1656, año perteneciente al reinado de Felipe IV, penúltimo monarca de la dinastía de los Austrias en España, hacía más de diez años que había tenido lugar la caída del Valido Conde-Duque de Olivares y ocho años del final de la guerra de los treinta años cuyas consecuencias para España y el reinado de Felipe IV fueron un clara decadencia del imperio español. Velázquez murió el seis de agosto de 1660 y fue enterrado con el vestido y la insignia de caballero de la Oren de Santiago.

Velázquez desarrolló su carrera durante el siglo XVIII, y en ella podemos encontrar diferentes etapas que corresponden con los lugares donde viajaba y realizaba sus obras. Estas etapas son: la etapa sevillana, primera etapa madrileña, primer viaje a Italia, segunda etapa madrileña, segundo viaje a Italia y tercera etapa madrileña. Esta obra pertenece a la última etapa madrileña, a pesar de que en la obra el propio Velázquez se representa con un aspecto mucho más joven que el que tenía en realidad cuando realizo esta obra.
El tema central que representa el cuadro es el retrato de la infanta Margarita de Austria, colocada en primer plano y rodeada por acompañantes ''las meninas'', aunque también aparecen otros personajes. También recibe el nombre de ''La familia de Felipe IV'', pero en 1843 fue cuando se le atribuyo el nombre de ''Las meninas''. Menina es un término de origen portugués que se utilizaba en la Corte española para referirse a las damas de familia noble que desde muy jóvenes entraban a servir como doncellas de honor a la reina y a las infantas. En este caso, las dos meninas aparecen a ambos lados de la infanta Margarita y son María Agustina Sarmiento e Isabel de Velasco. Dos personajes secundarios que terminarían por dar título al cuadro.
 Es una pintura realizada en óleo sobre lienzo de grandes dimensiones, formado por tres bandas de tela cosidas verticalmente donde las figuras situadas en primer plano se representan a tamaño natural. El artista resolvió con gran habilidad todos los problemas del espacio en su obra gracias al dominio que tenia del color y a la gran facilidad para representar a los personajes. El cuadro está dividido en tres líneas que agrupan a sus personajes.  La parte principal está formada por la infanta las dos meninas, Mari Bárbola y Nicolas de Portusato, en la segunda franja aparecen el propio autor, Marcela Ulloa y el personaje que  la acompaña, y por último en la última línea se sitúa el personaje que se observa al fondo del cuadro, esta perspectiva lineal utilizada por Velázquez aporta una gran sensación de profundidad en el cuadro. En cuanto al análisis técnico de los personajes de esta obra podemos encontramos a: 
- Los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, aparecen reflejados en un espejo, colocado en el centro y fondo del cuadro. Una hipótesis sobre su representación es que precisamente es el retrato de los monarcas los que estaba representando Velázquez.
- José Nieto Velázquez, era el  aposentador de Palacio, en la obra aparece representado en el fondo, en la puerta abierta por donde entra la luz exterior. Se muestra con la rodilla doblada y los pies sobre escalones diferentes.
Diego Velázquez, el autorretrato del autor se encuentra de pie, delante de un gran lienzo y con la paleta y el pincel en sus manos. El emblema de la cruz de Santiago que luce en el pecho fue pintado posteriormente.
- María Agustina Sarmiento, menina de la infanta Margarita situada a su izquierda. Está ofreciendo agua en una pequeña vasija, la menina inicia el gesto de reclinarse ante la infanta real, gesto propio del protocolo real.
Isabel de Velasco, segunda menina de la infanta, aparece de pie a la derecha de la infanta vestida con la basquiña de guardainfante en actitud de hacer una reverencia.
- Infanta Margarita, es la figura principal del cuadro, tenía cinco años de edad cuando fue representada y alrededor de ella gira toda la representación. Fue uno de los personajes reales que más veces retrato Velázquez  a lo largo de su carrera artística.
Mari bárbola, enana de origen alemán que formaba parte de la Corte, entro en la corte cuando nació la infanta, se puede observar por su rostro que padecía alguna deficiencia física, aparece a la derecha de la infanta.  
- Nicolás de Portusato o de Portosanto, enano de origen noble nacido en Italia que lo encontramos junto al perro mastín que aparece en la parte derecha del cuadro.
Marcela de Ulloa, guarda menor de damas en la Corte, era la encargada de cuidar y vigilar a todas las doncellas que rodeaban a la infanta Margarita, se encuentra representada con vestiduras de viuda y conversando con otro personaje.
Guardadamas de la Corte. Único personaje sin identificar con seguridad, situado a la derecha de Marcela de Ulloa.

El conjunto de perspectivas utilizadas es único y produce un efecto “atmosférico” en el ambiente representado, como si el pintor hubiese pintado el aire entre las figuras. En primer lugar la perspectiva aérea sirve para generar la sensación de que la sala continúa más allá del lienzo, difuminando progresivamente las gamas tonales. La obra se divide en tres planos. En el primer plano la luz entra por la ventana, para ir acentuando la penumbra a medida que se aleja. De repente esta penumbra se rompe bruscamente al penetrar a través de la puerta un gran foco de luz que amplia enormemente el espacio. De esta forma quedan muy iluminados los personajes del primer plano y del fondo, quedando el espacio intermedio en penumbras.
La perspectiva lineal, es decir, diversas líneas imaginarias, verticales y horizontales (línea del techo-pared; cuadros colgados, el suelo) que guían nuestra vista hacia el fondo y nos hacen creer en una fuerte tridimensionalidad.

El punto central de la perspectiva, converge en José Nieto, apoyado en el marco de la puerta. Los personajes del primer plano contrastan con el esbozado de los objetos de la habitación.

Velázquez tiene una gran influencia de Tiziano y Rubens. Su pincelada es alargada y más difusa a medida que el espectador aleja su ojo del cuadro. Los colores predominantes en la obra son los cálidos, de gama cromática limitada y contenida, con predominio de acromáticos (grises) ocres y blancos que aportan luminosidad. Pequeños detalles de rojo, atraen la atención y rompen con la monotonía cromática.

En cuanto al espejo se supone que la reina y el rey están fuera de la pintura, y su reflejo en el espejo los sitúa en el interior del espacio pictórico. El espejo, situado sobre el  muro del fondo, muestra lo que hay: la reina, el rey. Una hipótesis alternativa es que el espejo refleja la tela de Velázquez, tela que ya tiene pintada con la representación de los reyes. De hecho, este cuadro sólo tiene sentido óptico si se ve desde las pupilas de los reyes

Las Meninas no es un cuadro de Corte, que represente al Rey ni a los cortesanos, sino una escena cotidiana dentro de la Corte. Era un cuadro muy extraño para la época. Nadie sabe lo que está pasando en el cuadro; se dice que Velázquez estaba pintando al Rey y a la Reina, que están fuera de cuadro. Otra teoría sería que el Rey interrumpe a Velázquez, que está pintando a las Meninas y todos miran hacia él. Pero lo realmente bonito del cuadro es que nadie lo sabe. El misterio que rodea al cuadro es mucho más interesante. Trabajar sobre un misterio es mucho mejor que hacerlo sobre una certeza.

Probablemente Las meninas han estado influenciadas por la obra de Jan van Eyck, El matrimonio Arnolfini. Cuando Velázquez estaba pintando Las meninas, el cuadro de Van Eyck formaba parte de la colección de palacio de Felipe IV y Velázquez, sin duda, conocía muy bien esta obra. En El matrimonio Arnolfini de manera similar, hay un espejo en la parte posterior de la escena pictórica, que refleja dos personajes de cara y una pareja de espalda. Aunque estos personajes son muy pequeños para poder ser identificados. Un efecto similar está presente en la Venus del espejo, el único de los desnudos pintados por Velázquez que se ha conservado; la cara del personaje se desvanece en el espejo, más allá de todo realismo. El ángulo del espejo es tan fuerte que aunque normalmente sea descrita como que se está mirando en él, está de manera desconcertante mirando al espectador.

Como conclusión vamos a hacer referencia a una cita sobre la grandiosidad de este cuadro elaborada por Víctor Nieto Alcaide, historiador de arte de la UNED.

... fue el primer pintor cultivado, […] en todas las disciplinas, principalmente en aritmética y geometría, sin las cuales decía que no podía culminar el arte. […] este arte se admitía como primer grado de educación liberal. Lo cierto es que siempre tuvo el prestigio de ser practicado por hombres libres y más tarde por personajes de alto rango, y de haber estado vetado siempre a los esclavos. Esta es la razón por la que ni en pintura ni en escultura hay obras famosas realizadas por esclavos»

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario