miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL DISCÓBOLO

El Discóbolo es una de las esculturas más famosas del periodo clásico griego, realizada en el Siglo V por el gran broncista Mirón.
Nacido en Eleuteras, Mirón fue famoso por sus representaciones de atletas. Trabajaba principalmente en bronce, material que permite crear posturas más dinámicas y conseguir detalles más finos y realistas.
 En el año 460 a.C. Mirón a través de la técnica de la cera pérdida plasmó la famosa escultura del Discóbolo. Esta técnica consiste en un proceso escultórico antiguo con el cual se elaboraba un prototipo modelado en arcilla y posteriormente se cubría con una capa de cera de abeja. Una vez cubierto, se volvía a cubrir con una gruesa capa de material blando como el yeso. Acto seguido, cuando se solidificaba, se le realizaba una abertura en la parte superior y otra en la inferior. Finalmente vertían el bronce fundido por la abertura superior, disolviendo toda la cera y expulsándola por la abertura inferior. Por último se cerraba la abertura inferior y se dejaba que se solidificara. Mediante este método se lograba conseguir una escultura bañada en bronce.
Los romanos realizaron numerosas copias del Discóbolo en mármol tallado que se encuentran dispersas en museos de todo el mundo, como el Museo Nacional Romano o el Museo Británico.
Nos encontramos en el periodo clásico en el que los avances respecto al periodo anterior fueron sutilmente notables. Destaca Atenas, ciudad en la que se invertía bastante dinero en el ámbito del arte, decorando templos, calles y edificios. Atenas se encontraba en un gran auge debido a la victoria sobre los persas en las Guerras Médicas.
El término Discóbolo significa lanzador de disco, uno de los deportes más tradicionales de la antigua Grecia. La apariencia física de los atletas era objeto de admiración ya que  no tenían ningún grupo de músculos desarrollados en exceso, lo que realzaba la armonía de sus proporciones.
El deporte en la antigüedad era mucho más valioso, pues recogía un amplio espectro de valores. Los Juegos Olímpicos eran unos de los cuatro juegos panhelénicos celebrados en distintas ciudades helenas y sin duda eran los más importantes ya que estaban dedicados al Dios Zeus Olímpico. El discóbolo seguramente fue construido en honor a algún gran atleta de la época ya que se buscaba plasmar un hombre ideal y no personificaban a alguien puntualmente.
La obra es por su localización, vinculada al urbanismo debido a que fue realizada para ser colocada en una calle de Atenas.
La escultura es exenta de bulto redondo porque se puede visualizar desde todos los ángulos.
Respecto a la composición, regida por la matemática y utilizada a través del canon (Cabeza como medida) la figura resulta idealizada y proporcional con un canon un tanto esbelto, midiendo 1’55 cm, y poco musculoso comparado con otras esculturas. Mirón utiliza diagonales dobles que se contrapesan entre sí, creando dinamismo en las distintas partes del cuerpo, que esta armonizado al contraponer movimientos contrarios.
También, está construida sobre el equilibrio de dos arcos que se cortan: El primero está formado por los brazos y hombros, hasta el pie levantado, El segundo lo forman la cabeza, la espalda y una continuación hacia el pie que sostiene la mayor parte del cuerpo. La figura contiene un gran dinamismo recreando el momento previo al enderezamiento del cuerpo del atleta para lanzar el disco. A esto le podemos denominar movimiento en potencia.
El discóbolo es innovador, pero no rompe del todo con el estilo severo. Podemos observar que el rostro no se corresponde con el esfuerzo, además de pecar de una cierta frontalidad, apreciable si se observa desde una posición lateral.
El modelado de la escultura resulta un tanto plano (Como por ejemplo en el pelo y en los músculos) que no permite excesivos claroscuros. En el broce original, se generaría otra sensación, haciendo resbalar la luz. Aunque nos encontramos con una escultura monocroma, muy probablemente el original se encontraría policromado como era habitual en la época.
Podemos observar que el rostro no transmite ni sentimientos ni expresiones, siendo próximo a la sonrisa arcaica y estereotipada, llamando a este fenómeno ``Ethos´´
Respecto a las motivaciones del estilo, se representa el ideal del hombre cultivado por el mundo clásico, sin contenido religioso. Se orienta en un lanzador de disco debido a que era uno de los deportes más importantes de la época.

Varios pintores famosos han hecho referencia en alguna pintura al Discóbolo, siendo además fuente de inspiración en una gran cantidad de artistas de esculturas. Varios ejemplos son ``El Atleta Cósmico´´ de Salvador Dalí, además de otras obras de Vicente Van Gogh y Pablo Picasso. Como curiosidad, el Discóbolo también ha sido representado en sellos.
Luis Ibáñez y Carlos Ubé.



















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