MARCO AURELIO
Esta escultura romana representa al emperador Marco Aurelio montado a
caballo.
Fue realizada en el año 176 d.C. y el
autor de esta magnífica escultura ecuestre es desconocido. Esto es debido
a que en el Imperio Romano los artistas tenía una baja consideración social.
Además tiene ciertos rasgos propios del arte romano como son el uso del retrato
o el gesto de la mano extendida empleada para glorificar al personaje
representado.
El arte romano se desarrolló entre el siglo III a.C. y el V d.C. y
estuvo fuertemente influenciado por el arte
etrusco y el arte griego. Se
extendió por la cuenca del Mediterráneo hasta las actuales Francia e
Inglaterra, siendo la parte oriental del Imperio Romano la que perduró más. La
escultura histórica y conmemorativa tuvo un gran desarrollo en Roma, ligado al culto a los antepasados y a la ceremonia del triunfo en las batallas. Los
triunfos eran representados a través de esculturas, arcos monumentales,
columnas honoríficas y otros monumentos. Además también representaban el arte
funerario representado batallas en los sarcófagos.
En el Imperio Romano se encontraban
varios tipos de retrato como el
Thoracatae, el Togato, el Apoteósico y el Ecuestre, cómo es la representación
de Marco Aurelio sobre su caballo. En las que se solía representar a los
adversarios de rodillas delante del caballo o bajo sus patas para humillarlos. La
práctica de las esculturas ecuestres desapareció con la caída del Imperio
Romano, aunque cobró un impuso en el Renacimiento y en el Barroco.
Marco Aurelio fue emperador del 161
al 180 d.C. y no tenía una especial vocación por las armas, al contrario, es
conocido por un carácter pacífico,
melancólico y humanista, con una gran afición a la filosofía, siendo partidario de la paz. En la actualidad es
recordado por sus reflexiones filosóficas. Sin embargo, esta actitud fue
interpretada por los bárbaros como signo de debilidad, por lo que no tardaron
en atacar. Al conocer la muerte de Antonino Pío, los partos pusieron a prueba
los emperadores, lo que hizo que Marco Aurelio pasará la mayor parte de su
gobierno en el campo de batalla. Los partos se apoderaron de Capadocia y
ocuparon Siria, pero después Lucio Vero
lideró un contraataque y recuperó su libertad. Al siguiente año en Mesopotamia
cayeron en poder de Roma Selencia de Trigis y Clestifante, importantes ciudades
de los partos. El triunfo fue celebrado por Lucio y Marco Aurelio.
Afortunadamente, la escultura
sobrevivió a la Edad Media por un simple error, fue confundido con el emperador Constantino, el cual había permitido la
práctica del Cristianismo. Por ello no se fundió como la mayor parte de las
esculturas, siendo una de las únicas esculturas romanas en bronce que ha podido
llegar casi intacta hasta nuestros días.
A día de hoy se encuentra en excelente estado de conservación. Desde
el siglo X, se situó frente al Palacio de Letrán en Roma, hasta que en 1538 fue
trasladada y colocada por Miguel Ángel en la plaza del Capitolio de Roma. En
1979, el bronce original fue trasladado al interior del Palacio de los
Conservadores, en los Museos Capitolinos siendo colocada en su lugar en 1981
una réplica muy realista elaborada con sofisticados procedimientos actuales.
Tiempo después la sala fue remodelada para que la escultura fuera iluminada con
luz natural.
Podemos clasificar la obra como exenta de bulto redondo ecuestre, de
cuerpo entero. Respecto al material del que está formado la escultura, se trata
de Bronce a través de la técnica de
la cera perdida siendo, como ya hemos indicado antes, una escultura de las
únicas que sobrevive hasta nuestros tiempos, presentando un acabado sobredorado al fuego. Está formada por
un jinete y un caballo que alcanzan cerca de los tres metros de altura. En un
deseo de resaltar el poder Marco Aurelio aparece victorioso en alusión a sus
conquistas, pero aparece representado como un hombre fatigado y filosófico,
haciendo un gesto de paz. No lleva armas ni estribos, porta una túnica corta,
una capa roja de los generales y unas botas de Patricio, mientras mantiene la
cabeza erguida, con la mirada al frente y saludando ligeramente con el brazo.
El rostro es propio del período Antonino con una voluminosa
cabellera de rizos y una barba con un efecto de claroscuro. También muestra un
gesto grave y una mirada penetrante, producida por el efecto de las pupilas incisas.
Así, pretende mostrar al emperador con rigor, aunque mantiene una cierta
idealización física.
Respecto al caballo, es corpulento,
con una montura ajustada aunque no llega a empequeñecer la escala de Marco Aurelio, ya que la escala del
jinete resulta en proporción mayor que la del caballo. El equino está
representado con realismo y adquiere
un movimiento pausado al tener la cabeza ligeramente ladeada y también a
levantar la pata derecha, mientras que una de las traseras roza el suelo con el
casco. El movimiento de la pata delantera presenta un problema técnico de
contrapesos, realizado para colocar debajo la figura de un bárbaro atado. En
cuanto a la expresión del equino, muestra vigor y cierta tensión que contrasta
con la serenidad de Marco Aurelio.
Sobre la composición, la escultura
de Marco Aurelio está formada por tres
líneas rectas. La primera es una diagonal que se forma desde la cabeza del
caballo, pasando por su lomo, hasta el muslo trasero derecho. La segunda recta
es vertical, que va desde la cabeza de Marco Aurelio hasta el vientre del
equino. Por último, la tercera línea recta es horizontal, y va del brazo
extendido el emperador romano hasta el rostro del caballo.
Esta obra tuvo una gran influencia en autores
renacentistas de retratos ecuestres como en Verrocchio en su obra ''Colleoni''
o Donatello en ''Gattamelata''. También ha influido en pintores como Tiziano.
Para concluir, podemos decir que
actualmente la obra perdura tras diez y nueve siglos en óptimas condiciones,
siendo una escultura única en bronce.
Luis Ibáñez
y Carlos Ubé
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