Nave Central de La Catedral de León
La Pulchra Leonina, como así se llama a la Catedral de León,
es cronológicamente la tercera gran Seo del gótico clásico en la Corona de
Castilla iniciándose en la segunda mitad
del siglo XIII.
El gótico es un
movimiento artístico que en España se desarrolló entre los siglos XIII y XIV y
fue un período en el que la agricultura mejoró, se desarrolló de comercio
mejoraron notablemente las ciudades aunque hubo ralentizaciones. La clave del
desarrollo gótico fue el arco apuntado
junto con la bóveda de crucería
formada por dos segmentos de círculo que se cortan, ya que permitía repartir
mejor el peso de los edificios por lo que se podía insistir más en la idea de
la verticalidad y la altura.
En el ámbito religioso, la
religión siguió siendo un elemento importante por lo que se edificaron
numerosas iglesias y catedrales para su culto cuya y construcción suponía un
claro favor para la economía de la época.
También, se produce un predominio de la verticalidad sobre la
horizontalidad que es remarcada por grandes vanos policromados, el uso de arbotantes
y instalación de pináculos.
En el gótico cabe destacar cuatro etapas. La primera es el protogótico que surge a mediados del siglo XII, la segunda es la etapa clásica de finales del siglo XII
hasta el siglo XIII, la tercera es la etapa
del siglo XIV y por último, la última etapa es el gótico flamígero que se desarrolló a lo largo del siglo 15.
Respecto a la Catedral de León podemos decir que está inspirada
en la catedral de Remis con una
clara influencia francesa. A partir de 1255 el maestro Enrique comienza su construcción pero es en 1277 cuándo Juan Pérez completa el trabajo de la
catedral junto con el de las vidrieras. Por sus dimensiones, abarca 108 metros
de largo, 29 metros de ancho y 44 metros de transepto. La construcción está
realizada en hormigón con un tipo de
piedra de la región con una escasa finura, lo que provocó el deterioro y el
posterior derrumbamiento de algunas de sus bóvedas.
La planta de la Catedral muestra tres naves con una cabecera rodeada de una girola simple con cinco
capillas radiales. Dichas naves están cubiertas por una bóveda de crucería con un crucero que la parte, transformándola en
una bóveda cuatripartita. La catedral tiene dos torres que se hayan desplazada
hacia el exterior sin alzarse sobre las naves y están rematadas por pináculos.
Pero sin duda, el elemento más destacado de la catedral
gótica es su nave central, que
consta de un alzado tripartito con
una sucesión vertical de 3 niveles, la cual en total mide 90 metros de largo y
30 metros de altura. Consta de fuertes
pilares circulares con baquetones adosados, mientras que en el exterior
aparecen arbotantes dobles que descansan sobre contrafuertes escalonados y
coronados por pináculos.
Su muro, está articulado en tres niveles: el primero de ellos
son los arcos ojivales apoyados en
pilares fasciculados con columnas adosadas, que actúan como soporte y separan
las naves entre sí. El segundo de los niveles lo constituye un triforio con vidrieras situadas en el muro, que
recorren todo el templo, siendo una de las novedades que se introdujeron en la
Catedral. El último elemento que constituye al muro es un claristorio con grandes vidrieras ojivales que se extienden hasta
el borde de los apoyos.
La cubierta de la nave es una bóveda de crucería dividida en cinco tramos. Al exterior
encontramos gárgolas con intención decorativa.
La simbología de la luz
es fundamental en las catedrales góticas y por ello se busca constantemente.
Esto hace que el edificio adquiera un carácter coloreado, no natural y celestial. Así pues, el fiel cuando entraba
en la catedral sentía la presencia de Dios de forma más alegre y cercana,
aumentando el efecto de elevación del cristianismo.
Hay que destacar la gran
cantidad de vanos que abarcan gran parte de la catedral. Esto fue posible
gracias al arco apuntado, con el que se pudo reducir la superficie del muro y
aumentar la voluminosidad de las
vidrieras. Estos vanos recorren todo el edificio, incluidos el transepto y el
ábside.
Se puede afirmar con rotundidad que el elemento decorativo
más importante de la base central de la catedral son sus vidrieras policromadas de origen medieval con temas vegetales y de
santos. Suman un total de 737 vidrieras con un gran rosetón central de 8 metros de diámetro. Sus colores son ricos y variados y son el
azul, rojo, verde, ocre y amarillo. Ocupan todo el espacio del muro, haciéndolo
parecer un gigantesco aumentando el efecto de elevación y recreación de Dios.
Como dato adicional, la catedral alberga en su interior 88
valiosos códices con miniaturas, varios pergaminos, sellos rodados, libros de
cuentas y una colección de actos capitulares.
Para concluir podemos decir que si se desea conocer el
espíritu que animó el arte gótico del siglo XIII cómo se hace visitar en
interior de esta magnífica catedral.
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