miércoles, 28 de enero de 2015

Nave Central de La Catedral de León


La Pulchra Leonina, como así se llama a la Catedral de León, es cronológicamente la tercera gran Seo del gótico clásico en la Corona de Castilla iniciándose en la segunda mitad del siglo XIII.


El gótico es un movimiento artístico que en España se desarrolló entre los siglos XIII y XIV y fue un período en el que la agricultura mejoró, se desarrolló de comercio mejoraron notablemente las ciudades aunque hubo ralentizaciones. La clave del desarrollo gótico fue el arco apuntado junto con la bóveda de crucería formada por dos segmentos de círculo que se cortan, ya que permitía repartir mejor el peso de los edificios por lo que se podía insistir más en la idea de la verticalidad y la altura.

En el ámbito religioso, la religión siguió siendo un elemento importante por lo que se edificaron numerosas iglesias y catedrales para su culto cuya y construcción suponía un claro favor para la economía de la época.
También, se produce un predominio de la verticalidad sobre la horizontalidad que es remarcada por grandes vanos policromados, el uso de arbotantes y instalación de pináculos.

En el gótico cabe destacar cuatro etapas. La primera es el protogótico que surge a mediados del siglo XII, la segunda es la etapa clásica de finales del siglo XII hasta el siglo XIII, la tercera es la etapa del siglo XIV y por último, la última etapa es el gótico flamígero que se desarrolló a lo largo del siglo 15.

Respecto a la Catedral de León podemos decir que está inspirada en la catedral de Remis con una clara influencia francesa. A partir de 1255 el maestro Enrique comienza su construcción pero es en 1277 cuándo Juan Pérez completa el trabajo de la catedral junto con el de las vidrieras. Por sus dimensiones, abarca 108 metros de largo, 29 metros de ancho y 44 metros de transepto. La construcción está realizada en hormigón con un tipo de piedra de la región con una escasa finura, lo que provocó el deterioro y el posterior derrumbamiento de algunas de sus bóvedas.


La planta de la Catedral muestra tres naves con una cabecera rodeada de una girola simple con cinco capillas radiales. Dichas naves están cubiertas por una bóveda de crucería con un crucero que la parte, transformándola en una bóveda cuatripartita. La catedral tiene dos torres que se hayan desplazada hacia el exterior sin alzarse sobre las naves y están rematadas por pináculos.

Pero sin duda, el elemento más destacado de la catedral gótica es su nave central, que consta de un alzado tripartito con una sucesión vertical de 3 niveles, la cual en total mide 90 metros de largo y 30 metros de altura. Consta de fuertes pilares circulares con baquetones adosados, mientras que en el exterior aparecen arbotantes dobles que descansan sobre contrafuertes escalonados y coronados por pináculos.

Su muro, está articulado en tres niveles: el primero de ellos son los arcos ojivales apoyados en pilares fasciculados con columnas adosadas, que actúan como soporte y separan las naves entre sí. El segundo de los niveles lo constituye un triforio con vidrieras situadas en el muro, que recorren todo el templo, siendo una de las novedades que se introdujeron en la Catedral. El último elemento que constituye al muro es un claristorio con grandes vidrieras ojivales que se extienden hasta el borde de los apoyos.
La cubierta de la nave es una bóveda de crucería dividida en cinco tramos. Al exterior encontramos gárgolas con intención decorativa.

La simbología de la luz es fundamental en las catedrales góticas y por ello se busca constantemente. Esto hace que el edificio adquiera un carácter coloreado, no natural y celestial. Así pues, el fiel cuando entraba en la catedral sentía la presencia de Dios de forma más alegre y cercana, aumentando el efecto de elevación del cristianismo.

Hay que destacar la gran cantidad de vanos que abarcan gran parte de la catedral. Esto fue posible gracias al arco apuntado, con el que se pudo reducir la superficie del muro y aumentar la voluminosidad de las vidrieras. Estos vanos recorren todo el edificio, incluidos el transepto y el ábside.

Se puede afirmar con rotundidad que el elemento decorativo más importante de la base central de la catedral son sus vidrieras policromadas de origen medieval con temas vegetales y de santos. Suman un total de 737 vidrieras con un gran rosetón central de 8 metros de diámetro. Sus colores son ricos y variados y son el azul, rojo, verde, ocre y amarillo. Ocupan todo el espacio del muro, haciéndolo parecer un gigantesco aumentando el efecto de elevación y recreación de Dios.

Como dato adicional, la catedral alberga en su interior 88 valiosos códices con miniaturas, varios pergaminos, sellos rodados, libros de cuentas y una colección de actos capitulares.

Para concluir podemos decir que si se desea conocer el espíritu que animó el arte gótico del siglo XIII cómo se hace visitar en interior de esta magnífica catedral.









No hay comentarios:

Publicar un comentario