PINTURA DE GIOTTO; PRENDIMIENTO DE LA CAPILLA SCROVEGNI DE
PADUA
La
obra es una pintura de Giotto di Bondone, su situación histórica se localiza en
el gótico donde la pintura mural era muy escasa salvo en Italia porque los
muros del gótico estaban cubiertos por ventanas no dejando representar las
pinturas por falta de espacio.
Se
impuso así la pintura sobre tabla y la técnica más utilizada en el gótico era
el temple en el que se usaba huevo como aglutinante de los colores, más tarde
en el S.XV surgió el óleo en el que el aglutinante era el aceite.
La
pintura gótica evolucionó distinguiéndose en 4 fases: el gótico lineal, el
itálico-gótico del Ducento y Trecento, el estilo internacional y el estilo
flamenco.
Nuestra
obra se localiza en el estilo itálico-gótico del Trecento donde había dos
grandes escuelas que son la de Siena y la de Florencia representada por Giotto
y sus discípulos y seguidores.
Giotto
nació en 1267 en Colle di Vespignano y murió en 1337 en Florencia. Fue un gran
pintor, escultor y arquitecto italiano del Trecento. Es considerado uno de los
primeros artistas que contribuyeron a la creación del renacimiento italiano y
en romper las limitaciones del arte y conceptos medievales. Pintaba
fundamentalmente temas religiosos. Sus obras tienen un carácter intelectual y
se inició en captar la perspectiva aunque no de manera totalmente correcta,
también estudió la anatomía con la función de expresión y la luz era un
elemento determinante en la tonalidad cromática.
“El
Prendimiento” se encuentra en la Capilla Scrovegni, también conocida como la
capilla de la Arena por estar próxima al Circo Romano en Padua. Su arquitecto
es Enrico Scrovegni, fue dedicada a la Virgen de la Caridad y construida en
1303.
La
capilla Scrovegni es un edificio gótico con función funeraria que pretende ser
el mausoleo de la familia del arquitecto. Tiene una nave de planta rectangular
y cubre el edificio con una bóveda de cañón y con una cubierta a dos aguas. Las
paredes del edificio son reforzadas con contrafuertes. Centrándonos en el
interior de la capilla, la decoración fuer realizada por el artista Florentino
Giotto di Bondone, es influido por Cimabue y rompe con el Bizancio e impone
nuevas iconografías. La capilla aparece
decorada de frescos que narran la historia de la salvación enfocada en el Nuevo
Testamento y utiliza narraciones de los evangelios apócrifos.
La temática
de la pintura es religiosa. Es un retrato colectivo de toda la figura que
representa una escena de un pasaje del Nuevo Testamento, el beso de Judas en el
Monte de los Olivos después de delatar a Cristo.
En
la imagen están Judas y Jesús en el Huerto de los Olivos donde Jesús se había retirado
a orar, tras la cena Pascual. Judas aparece acompañado de la cohorte y los
guardias enviados por los sumos sacerdotes y fariseos. Portan linternas,
antorchas y armas.
Su
composición son elementos distribuidos al azar, Judas está como protagonista
centralmente situado mientras se besa y en los laterales una diagonal de
personajes que se superponen, tras la multitud un paisaje de fondo, marcando un
plano.
Representa
volumen ya que coloca a los personajes de espalda para crear un círculo y
multiplicar los planos dando espacios. Hace uso de colores cálidos, como el
rojo de las vestimentas y las antorchas y con fondo frío como el cielo y la
vegetación. Se utiliza la técnica del óleo que permite superponer colores y
esto enriquece la gama cromática.
La
luz es conceptual, iluminado con un foco de luz artificial para así conseguir
volumen en las figuras, dándole importancia a las prendas y los cuerpos. Los
contornos son claros, se ven detalles como en los ropajes con los pliegues,
existe movimiento en la imagen predominando la acción ya que alrededor de las
dos figuras centrales hay bullicio de gente que portan lanzas y antorchas.
La
finalidad del artista era explicar historias conocidas con ayuda de la
tradición.
Para
concluir citamos un texto de Giovanni Boccaccio:
“El otro, llamado Giotto, tenía un espíritu
tan sublime que entre todas las cosas que la madre naturaleza a producido bajo
la órbita del cielo, no había una sola que no hubiera reproducido con lápiz y
pluma con tanta fidelidad que su obra no pareciera ser la imagen del objeto,
sino el objeto en si, hasta el punto de que muchas veces en sus obras el
sentido humano de la vista se equivocaba y consideraba que era real lo que solo
estaba pintado”.
Desirée Tavira
Irene Doñate
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