CONDOTTIERO GATTAMELATA
Situada
en la plaza de San Antonio en Padua Italia luce imperante la gran escultura en
bronce del famoso artista Quatroccentista Donatello. La escultura está
realizada en honor al condottiero Erasmo de Narni y su elaboración duró desde
1447 hasta 1453. Este condottiero de la República Veneta, era un caudillo de la
ciudad de Padua y jefe de los ejércitos mercenarios al servicio de Venecia. Era
conocido como Condottiero Gattamelata, en italiano gata melosa apodado así por
su suave personalidad.
Este
retrato ecuestre consta de unas dimensiones de 340 x 390 centímetros sobre un
pedestal de mármol de 7,8 metros de altura en donde se encuentran las cenizas
el dictador de la ciudad de Padua.
El
condottiero fue realizado durante el Quattrocento renacentista italiano, el
cual se desarrolló a lo largo del siglo XV. El año clave para que se diera este
movimiento es 1453 cuando el Imperio Turco conquista Constantinopla. Este
movimiento cultural filosófico y social hace que el arte clásico resurja y con
él, el antropocentrismo, que se vuelve fundamental en la cultura de la época.
También aparecen los mecenas y se retoman los valores de orden belleza y
proporción tan propios del arte griego y romano. La ciudad más destacada de la
Italia Quattroncentista es Florencia, que rivaliza con Roma para ver cuál de
los dos centro culturales de la época tiene las mejores manifestaciones
artísticas.
Donatello
fue una artista renacentista que destacó por varios de sus obras como el David
o San Jorge. El clasicismo más vigoroso de Donatello se muestra a partir de
1425 cuando empieza a trabajar con Michelizzo.
Respecto
a la escultura ecuestre de Condottiero Gattamelata se cree que está inspirada
en el retrato ecuestre de Marco Aurelio por sus rasgos en común como el
material, bronce, la gran escala el sentido del equilibrio y la dignidad del
análisis psicológico del personaje aunque otras fuentes la relacionan con las
esculturas de los caballos de la iglesia de San Marcos de Venecia por su
semejanza con sus patas traseras que parecen estar a punto de avanzar.
Si
observamos la escultura podemos observar cierto naturalismo y serenidad, rasgos
típicos del Quattrocento. El retrato está realizado para glorificar el
personaje y resultar la virtud militar que se remarca en la forma de dirigir al
caballo sin violencia pero con autoridad sustentado por la posición del bastón
de mando.
El
guerrero se mueve lentamente en la plaza, en una marcha de conquista, unido al
caballo que avanza firmemente y sin excitación. En la parte superior del
monumento se representa al general en el momento de pasar revista a las tropas
conteniendo y en sus manos las riendas de un fogoso y vigoroso caballo tratado
con un detallismo y realismo igual al del jinete.
Su
rostro muestra la dignidad del retrato romano desafiante adulto y enérgico y su
vestimenta la coraza que nos remite a la serie estatua toracatae. Movimiento y
tensión contenidos domine la composición, como siento el conjunto se quisiera
mostrar una mezcla entre la dignidad antigua y un cierto sentido de control de
alguien que supo manejar las riendas de diversas situaciones y guiar firmemente
a su destino.
Respecto
al jinete podemos afirmar que se trata de un hombre mayor intentando
representar no sólo realismo sin una madurez adquirida con los años en su
carrera militar. Gattamelata avanza con la cabeza descubierta y sin presencia
de un yelmo para realzar la figura del hombre, propia del Renacimiento italiano
y la corriente antropocentrista .el rostro de concentración del dictador
representa la inversión al momento previo del hombre que se enfrenta la
batalla.
En
cuanto a la figura del caballo, su postura es elegante, valiente y natural,
estando perfectamente proporcionado. Asimismo, tiene un gran detallismo y
realismo al igual que el jinete. La cabeza ladeada le da un efecto pausado y
sereno mientras que la montura le proporciona sensación de movimiento en las
patas punto para lograr equilibrio, Donatello hace que el caballo tenga una
pata apoyada sobre una bola.
La
cabeza ligeramente ladeada y la cola , dotan la composición de un efecto
pausado, sereno y más o menos cerrado, como es de esperar en un estilo que como
el Renacimiento aspira reproducir los principios estéticos del mundo clásico.
En la
escultura se puede ver la alegoría de un tirano. Lleva al caballo, que es el
pueblo, con una mano dura y los dirige golpeandolos con grandes espuelas. Sobre
la pata derecha del caballo se encuentra una esfera que representa el mundo a
sus pies pero que además le equilibrio. Es considerado como un monumento más
funerario que para glorificar al héroe, Donatello creó un cenotafio.
Como
conclusión podemos afirmar que el Condottiero Gattamelata es una obra que
refleja muchos de los valores del Quattrocento renacentista pero que sin
embargo, fue eclipsada por otras grandes obras renacentistas.
Para
finalizar el comentario es preciso incluir una cita de Vasari, arquitecto, pintor y escritor italiano
considerado uno de los primeros historiadores de arte:
En esta
obra, Donatello demostró tanto arte, y la fundición resultó tan noble en las
proporciones en su bondad, que en verdad se le puede comparar con las mejores
esculturas de la antigüedad, por su movimiento, dibujo, proporciones y
ejecución. Por eso, no sólo llenó de asombro a los hombres de aquel entonces,
sino que aún ahora solo es posible, contemplarla con admiración.
Carlos
Ubé y Luis Ibáñez.
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