EL
NACIMIENTO DE VENUS
El nacimiento de Venus de Botticelli, es una de las obras
más importantes del Renacimiento y del Quattrocento.
En la obra, el autor vuelve a dar importancia al ser humano,
vuelve a buscar la unidad entre la belleza, el amor y la verdad. En este caso
se encarnan en la figura de Venus representando el amor sensual e ideal.
Este cuadro pintado entre los años 1482 y 1484, fue un
encargo de la familia Médicis al famoso pintos Alessandro di Mariano di Vanni
Filipepi conocido como Botticelli, fue el principal pintor italiano de
Florencia en la segunda mitad del siglo XV, siendo su estilo refinado y
femenino. Realizó numerosas obras como retablos, alegorías y banderas.
En cuanto a la técnica utilizada en esta obra es la del
temple sobre el lienzo.
El tema es amplio y complejo ya que en el Renacimiento
dejaron un poco los temas religiosos y apreció una fascinación hacia la
mitología común en muchos artistas de este período.
Venus no representa el amor carnal sino que con su postura,
se acerca más al ideal de inteligencia pura o saber supremo.
Venus, diosa del amor, nació de los genitales del dios Urano
que fueron cortados por su hijo Crono y luego arrojados al mar. Por eso, el
título de la obra no es exacto, ya que el cuadro no representa el momento del
nacimiento de la diosa, sino que muestra la llegada de Venus, sobre una concha,
símbolo de fertilidad femenina, empujada por el soplo de los dioses alados,
entre una lluvia de flores.
Como figura central encontramos a la diosa Venus que aparece
desnuda sobre una concha con una mano sobre el pecho y otra sobre el sexo.
Sobre sus largos y rubios cabellos Botticelli lo utiliza para cubrir sus partes
últimas aunque, en su representación estaba prohibida, ya que en este período
se relacionaba con lo erótico Se le representa en un elegante contraposto.
A la izquierda del cuadro observamos a Céfiro y Cloris.
Céfiro es conocido como el viento del oeste, es la suave brisa de la primavera
que impulsa a Venus a la orilla.Aquí lo vemos entrelazado con la diosa Cloris,
a quién había secuestrado. Botticelli quería diferenciar los dos tipos de
viento, los pintó como un hombre y una mujer, el primero con una piel más
oscura porque produce un viento más fuerte, que impulsa a Venus, y Cloris tiene
una piel más clara porque produce un aire más suave.
A la derecha nos
encontramos a la Primavera, que es una de las tradicionales compañeras de la
diosa y la espera para cubrir su desnudez con una capa floreada. La Primavera
viste con una túnica blanca, con un cinturón de rosas en la cintura y una
guirnalda.
En cuanto al paisaje no
recibe especial interés por Botticelli, se distinguen unas montañas lejanas,
una serie de árboles, el mar verdoso con olas en forma de “V”, muy estilizadas
y un cielo azul.
Hay un uso de la perspectiva que se aprecia por la
diferencia de tamaño entre los elementos del fondo y los del principio, como
por ejemplo las olas en forma de “V”; a medida que se alejaban, la distancia se
reducía en tamaño y al acercarse a los pies de la concha, cambiaban suforma.
Otros elementos que dan profundidad son las líneas del horizonte, o el escorzo
de los pies de Venus. Pero hay que destacar que a Botticelli no le importaban
los efectos de perspectiva. Utilizó una línea negra para trazar los contornos.
El eje de la composición lo marca la figura de Venus (dentro
de un triángulo), en la que podemos observar un sutil contraposto, clara
referencia al arte clásico.
A un lado, el grupo formado por Céfiro y Cloris y al otro la
Primavera. Crean un conjunto equilibrado que aun que dotado de cierto
movimiento a causa del viento, marca una diagonal desde los personajes de la
izquierda hasta la figura de la Primavera con el manto agitado por el viento.
Toda la pintura está bañada por un resplandor dotado que
muestra un mundo transformado por la belleza de Venus. Los colores utilizados
fueron, por una parte fríos y primarios como el azul del cielo y secundarios
como el verde del mar.
Por otra parte están los colores cálidos y primarios como el
rojo del manto, secundarios como el naranja del pelo de Venus y el rosa en las
flores, por último los terciarios como el marrón en el pelo de Céfiro y la
túnica de Cloris.
Hay que destacar que la luz no es igual en todas las partes
del cuadro, porque el fondo está iluminado y la parte derecha es más oscura,
pero todo sugiere que la presencia hará que esas sombras desaparezcan.
Esta obra actualmente está muy bien conservada y se sitúa en
la Galería Uffizi en Florencia.
Alejandra Lacueva y Ana Górriz
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