jueves, 5 de febrero de 2015

FACHADA DE LA IGLESIA DE SAN ANDRÉS DE MANTUA


En 1459 el Papa Pio II convocó el Concilio de Mantua con el objetivo de enaltecer esta ciudad italiana. Después del congreso, Luis II Gonzaga promovió  de un plan de mejoras urbanas como la pavimentación de las calles o la construcción de un reloj zodiacal. Una de las mejoras consistía en la refundación de la Iglesia de San Andrés.
Alberti recibió el encargo para reconstruir la iglesia sobre el solar de un antiguo monasterio del que solo se conserva el campanario. Él era gran conocedor de la arquitectura romana y si el arco triunfal había sido un monumento para conmemorar las victorias de los emperadores, Alberti lo usaría para exaltar el cristianismo con la religión triunfante. Su construcción tardo en realizarse unos 300 años debido a la gran complejidad y la profesionalidad y perfección con la que Alberti trabaja.

Esta obra se realiza en el primer periodo renacentista, el Quattrocento que abarca desde el año 1400 hasta 1500. Sus rasgos más destacados son el uso de elementos clásicos, el tema del humanismo y el antropocentrismo. Respecto a la Iglesia, también sigue teniendo mucho poder y el principal foco renacentista es la ciudad de Florencia. Destacan autores como Donatello o el propio Alberti. También se buscan las ideas de belleza como proporción y armonía.

León Battista Alberti nació en Génova. Su formación artística y técnica se produjo en Roma, donde descubrió la grandeza del arte clásico. Alberti fue el prototipo de hombre renacentista con una cultura humanista, pues fue filósofo, escritor, arquitecto y urbanista y tratadista. En el ámbito artístico fue polifacético y en el aspecto intelectual y espiritual fue un gran genio que además sirvió de inspiración para muchos artistas posteriores. También se debe destacarse su labor como tratadista, donde investigó en el campo de la física y de las matemáticas. A Alberti se le puede definir como un artista que creía que el arte era más teórico que práctico y que la proporción y las medidas tenían un enorme valor.

En 1476 se inició el proyecto de la nueva iglesia de San Andrés. En la fachada principal se compenetran dos elementos típicos de épocas diferentes: el Arco del Triunfo típicamente romano, inspirado en Arcos clásicos como el de Constantino, en Roma, el arco de Augusto en Rimini o el arco de Tito y sobre dicho arco el frontón triangular específico de los templos griegos.
La altura y anchura del conjunto de la fachada suma alrededor de los 13,5 metros.
El cuerpo central de la fachada del vértice forma un gran arco adosado con casetones y se asienta sobre los pilares con estrías que no llegan a la base. Este arco marca la entrada de la iglesia que es mediante una puerta adintelada. Los cuerpos laterales se disponen en tres. El primero tiene un vano adintelado que da paso a un pórtico, sobre el que se asienta un segundo cuerpo con una hornacina en forma de arco de medio punto en tercer cuerpo que abre una ventana también de arco de medio punto. Dos enormes pilastras enmarcan estos tres cuerpos.
Se remata la fachada con el friso y un frontón que marca un óculo ciego en el centro y dos abiertos a cada lado.
Cabe destacar que todo el conjunto de la fachada se ha regido por la proporción, medidas y perfección matemática, las cuales eran ideas fundamentales de la arquitectura de Alberti. En el conjunto se observa el equilibrio y armonía entre las partes que tanto obsesionada autor.

Respecto a la nave la Iglesia presenta una planta de cruz latina. Las zonas murales están enmarcadas por altas pilastras que llegan hasta el techo, donde discurre el entablamento sobre el que descansa la bóveda de cañón con casetones. La luz lateral entra sólo a través de las grandes aberturas de las capillas.

Como conclusión podemos afirmar que Alberti logró crear un espacio armonioso y  proporcionado en el exterior del templo, utilizando elementos artísticos clásicos y mediante el uso de la medida y la proporción.


Luis Ibañez y Carlos Ubé





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