lunes, 16 de febrero de 2015

LA VIRGEN DE LAS ROCAS

En el Cinquecento italiano y en manos de Leonardo Da Vinci encontramos la magnífica pintura titulada La Virgen de las Rocas.

La Virgen de las Rocas es el nombre usado generalmente para denominar dos cuadros de Leonardo Da Vinci pintados con idéntica composición pictórica.

Leonardo nacido en Florencia, fue uno de los grandes maestros del Renacimiento, sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte.
Vivió en la transición del Quattrocento y Cinquecento aunque destaca en el último periodo.

La Virgen de las Rocas es una pintura realizada en óleo sobre madera, con unas dimensiones aproximadas de 199x122. La considerada primera versión del Louvre fue trasferida posteriormente a lienzo desde el panel original de  madera pero la de Londres aún permanece en tabla.

Leonardo eligió pintar un momento apócrifo (es decir, ocurrió pero no es reconocido ni aparece en las Sagradas Escrituras) de la infancia de Cristo cuando Juan Bautista niño, huérfano, refugiado dentro de una gruta y protegido por un ángel encuentra a la sagrada familia en su huida de Egipto.
En la imagen aparecen: San Juan Bautista, Jesús, El ángel Uriel y la Virgen María.

La obra es una escena  familiar, cortesana, las ricas ropas de la Virgen y el ángel los presentan como personajes nobles, religiosos. Las figuras oscilan entre lo femenino y lo masculino, y entre los divino y lo terrenal.

La composición de la obra es piramidal y centrada, ordenada mediante la disposición de las figuras y por las actitudes de estas, que confluyen en la visión del niño como punto central. El vértice superior seria la cabeza de la Virgen que, en un perfecto escorzo extiende su mano sobre la cabeza de Jesús, su hijo. Parece arrodillada protegiendo dulcemente a  San Juan con su mano derecha y con la izquierda ampara un círculo establecido por sus propias cabezas.

En el cuadro predominan las líneas del contorno de las figuras.
Los colores más utilizados son: el marón, negro y azul. Contrasta el uso de colores fríos (azul, verde) y cálidos (naranja, marrones) que dan vitalidad a las personas y acercan los objetos.
Utiliza la técnica del claroscuro en la que la luz es la creadora de sombras y mediante la perspectiva aérea, disecciona el espacio en tres puntos: dos en los lados del horizonte y uno hacia abajo.

Las figuras están llenas de profundo simbolismo logrado por la técnica del esfumato (capacidad simultanea óptica y pictórica de anteponer entre el que mira y las formas, el velo inmaterial aunque perceptible de la atmósfera). Logra crear una superficie aterciopelada que funde figura y ambiente, desaparecen los perfiles y las sombras se funden gradualmente.

La Virgen de las Rocas nos indica la resolución del problema de las contradicciones entra naturaleza y religión, historia natural y religiosa. Leonardo concibe la naturaleza como algo misterioso yen perpetuo movimiento.

En el segundo cuadro (Londinense) las figuras son más grandes y los drapeados más sencillos. Fue concebida por Leonardo y no como una copia de la primera, sino como una variante de la misma, querida y meditada por el autor. Las figuras levemente mayores, simplificadas en paños, dan una impresión de mayor monumentalidad, mientras el fondo se muestra con una menos minuciosidad en los detalles. También hay diferencias en la actitud y tratamiento de las figuras que muestran mayor riqueza de matices, en la de París y más simplificados en la de Londres.


Las sombras son más oscuras, el tratamiento del color y los detalles, no son siempre el resultado de una mano inexpertas, como muchas veces se ha dicho, sino el complemento de una ambiente, más luminoso en la obra de París que en la de Londres.

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