sábado, 16 de mayo de 2015

El Grito

El Grito es un cuadro del pintor noruego Edvard Munch realizado en 1893. En realidad ‘El Grito’ es el nombre que recibe una serie de cuatro cuadros con la misma escena. La obra pertenece al Expresionismo y sus dimensiones son de 91x74 cm.

Edvard Munch nace en 1863 en Loeiten, Noruega. Tras estudiar ingeniería toma la decisión de dedicarse a la pintura. Munch tomó el gusto por la expresión de sentimientos extremos. A lo largo de su obra, Munch representó sentimientos como la soledad o el miedo de manera desgarradora con un expresivo uso de color, el cual llena sus obras deformando las figuras. Munch se caracteriza por el empleo de líneas ondulantes en el paisaje y de diagonales rectilíneas que acaban en el horizonte creando sensación de angustia. Los personajes, solitarios y aislados parecen cadáveres. En las obras de Munch es frecuente la aparición de un puente sobre el que se sitúan los personajes.

La finalidad del expresionismo es impactar al espectador, en este tipo de obras los autores pretenden crear en el espectador un sentimiento de inquietud. Como podemos observar, Munch plasma en la obra sentimientos de angustia y soledad.

En cuanto a la temática, Munch nos presenta a un personaje en primer plano en actitud angustiosa. El personaje aparece sobre un puente y a sus espaldas es fácilmente observable el mar. No se trata ni mucho menos de un retrato realista. El personaje se asemeja a un cadáver, el cual aparece con las manos en el rostro gritando desesperadamente y desprendiendo una sensación angustiosa e intrigante.

En la obra observamos una contraposición entre líneas curvas u onduladas con líneas rectas y también entre colores fríos y colores calidos. La obra presenta una perspectiva acelerada ya que la visión no puede centrarse en un solo punto sino que se mueve en diagonales y ondulaciones. Todos estos aspectos generan un sentimiento de tensión, Munch pretende que el espectador tenga los mismos sentimientos de agitación que el personaje. 

La técnica utilizada es el óleo sobre lienzo. En cuanto a la composición, observamos al personaje principal en un primer plano, aunque el verdadero protagonista de la obra es el color y los sentimientos que trae consigo. Todo el conjunto presenta un gran dinamismo y aunque la obra parezca estática si que produce cierta sensación de movimiento e inestabilidad.

Las líneas en la obra presentan una profunda contraposición, por un lado, la zona izquierda del cuadro esta repleta de diagonales mientras que en la parte derecha observamos una gran serie de líneas onduladas. Mediante las líneas, Munch pretende dinamizar la representación haciendo que el ojo este en constante movimiento y que no se centre en un punto concreto.

La luz del cuadro es irreal, es decir no proviene de ningún punto en concreto. En cuanto a las figuras observamos que la central aparece deformada, siendo muy esquemática la realización de la cara o las manos. Más al fondo se aprecian dos figuras desdibujadas en lo que podría ser un paseo por el puente.

Con respecto al color observamos una serie de contrastes en la obra. En primer lugar, destaca el naranja del cielo que ocupa todo el tercio superior de la obra. El azul ocupa los dos tercios restantes lo que da lugar a un fuerte contraste entre colores cálidos y fríos. Por otra parte destacan los marrones del puente y de las dos orillas. La disposición del color consigue que el espectador se quede conmocionado (debido a la inestabilidad, la fuerza contenida y la desesperación).

Existen cuatro versiones realizadas por el propio Munch. La versión más famosa se encuentra en la Galería Nacional de Noruega. Otras dos se encuentran en el Museo Munch (situado en Oslo) y la versión restante pertenece a una colección particular. En los últimos años, dos de las versiones fueron robadas aunque las actuaciones de la policía sirvieron para recuperarlas. Como curiosidad, cabe destacar que la cuarta versión fue subastada en mayo del 2012 por una cantidad de 120 millones de euros, convirtiéndose así en la obra más cara vendida en una subasta.

                                                                                                         Javier Morata





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