sábado, 16 de mayo de 2015


IMPRESIÓN SOL NACIENTE DE MONET

 

Una de las obras más importantes de Claude Monet es impresión sol naciente, no es la pintura más famosa de este popular artista, pero es una obra fundamental en la historia del movimiento de los impresionistas, no sólo por haber dado este nombre a la pintura que realizaban, sino porque en ella están presentes los aspectos esenciales de esta manera de pintar.

El artista dijo la siguiente cita para explicar su título:

“El paisaje no es otra cosa que una impresión, una impresión instantánea, de ahí el título, una impresión que me dio. He reproducido una impresión en le Havre, desde mi ventana, sol en la niebla y algunos mástiles de barcos en el primer plano. Me pidieron el título para el catálogo, no podía pasar por una vista de le Havre, así que le conteste: ´ Pon impresión ´. De ahí llegó ´Impresionismo´.

Claude Monet nació en 1840 en Le Havre, París en el seno de una familia de comerciantes.                              Fue el pintor impresionista por excelencia, toda su obra es una permanente glorificación de la luz en su infinita variedad.

Se vio influido por la pintura al aire libre y sobre todo por Manet, en los años setenta tras un viaje a Londres, fascinado por la obra de Turner, empezó a interesarse por la plasmación de los efectos de la niebla y del vapor, influyendo la fotografía claramente en sus obras. A partir de ese momento no dejó de buscar la captación de instantes muy precisos, tal y como se ven en los diez cuadros que realizó de La Estación de San Lázaro , o la serie de La Catedral de Rouen, queriendo plasmar los distintos efectos de luces, sombras y atmósferas. Finalmente recurrió a la acuarela porque esta le proporcionaba mayor transparencia, como se ve en las vistas al Parlamento de Londres que realizó en sus últimos años. Otras de sus obras más importantes son Campo de Amapolas en Argenteuil (1873), Boulevard des Capucines o Los Nenúfares (1920).

 En cuanto a esta pintura fue expuesta en el estudio del fotógrafo Nadar en 1874, junto con las obras de otros pintores que estaban cansados de ser excluidos de los salones oficiales por su diferente estilo pictórico.

Monet llevó a cabo este cuadro en 1872, en el aparece representado un paisaje con tres botes de remos en el puerto de Le Havre en el amanecer, mientras en el fondo entre la niebla y el humo de las fábricas está saliendo el sol.

El tema no narra ninguna historia, simplemente es una pura instantánea de la realidad al modo de cómo podrían realizarla un fotógrafo, sin ningún tipo de contenido religioso, mitológico o costumbrista. La fotografía, ha cambiado la forma de entender la pintura. Ya no es necesario copiar el mundo y así se puede centrar en otros motivos como es en este caso la luz, tal como hará la futura pintura (el cubismo en el volumen, el fauvismo en el color, el expresionismo en los sentimientos…).

Es un óleo sobre lienzo de 48 cm por 63 cm que podemos encontrar en el museo Marmottan-Monet, en París. En la imagen se pueden observar todas las características propias del Impresionismo.

 

El artista escogió  la pincelada suelta propia del impresionismo en la que aparecen figuras desdibujadas debido a que no tienen excesiva importancia, quedando los botes y las personas que navegan en ellas reducidas a manchas, al igual que las fábricas.

La luz es la verdadera y única protagonista del cuadro, en especial los reflejos que tiene sobre el agua. Consigue unos efectos lumínicos como podemos observar en la sutil luz del amanecer procedente del sol que crea zonas en penumbra como las fábricas y los botes, y el reflejo que producen en el agua. De esta manera el foco del cuadro es natural, quedando éste también reflejado en el sol.

 Utiliza colores cálidos como los anaranjados del reflejo del sol contrastados con los colores fríos como los violetas y azules (secundario).

La composición es ligeramente asimétrica y desplazada hacia la izquierda. Monet situó las barcas al lado izquierdo del lienzo y lo compensó con el sol a la derecha, que atrae la mirada del espectador hacia ese lado. Se pueden establecer distintos triángulos de zonas frías y calientes en la zona del cielo, y otros distintos en la zona inferior, en el mar, divididos por las barcas, situadas diagonalmente.

Además se distinguen diferentes líneas de composición, con la combinación de líneas rectas y verticales en las velas y en las chimeneas y horizontales en los movimientos y hondas de los reflejos del agua, así como la línea del horizonte. Encontramos curvas en los humos y un círculo en el sol.

En la composición también se puede encontrar otra importante característica del impresionismo, pues tenían preferencia en la representación del agua, como vemos el mar ocupa más de la mita de la imagen.

La perspectiva y la profundidad se puede observar sobre todo en el agua, además de que las barcas van disminuyendo su tamaño conforme se van acercando a la línea del horizonte. Los elementos, cuanto más lejos están del espectador más se desdibujan, el humo y la humedad difuminan todas las figuras y las fábricas del fondo.

Como curiosidad destacamos el estudio que realizó Olson mediante la consulta de los mapas del siglo IX y las recogidas de más de cuatrocientas fotografías de la época. Una fotografía permitió identificar la habitación exacta del hotel desde la que Monet trabajaba. Posteriormente, calculo la posición del sol sobre el puerto, aproximadamente de veinte a treinta minutos después del amanecer. Olson miró también las mareas y finalmente debido a que Monet escribió “72” al lado de su firma en el lienzo, descubrió que la fecha definitiva de la creación del cuadro fue el 13 de noviembre de 1872.

De esta manera, nos encontramos ante el autor considerado el precursor del Impresionismo, siendo este cuadro la máxima y expresión de todos los aspectos de este movimiento y consiguió establecer la unidad de una serie de características que se empezaron a dar ya incluso en el Barroco con autores como Velázquez.

                                                                                                                  Alejandra Lacueva y Ana Górriz

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