lunes, 18 de mayo de 2015

Lluvia, vapor y velocidad
Esta obra pictórica perteneciente al romanticismo inglés fue creada en 1844 por Turner. Durante los últimos años del siglo XVIII Inglaterra aportó su contribución a la pintura del paisaje romántico a través de las figuras Constable y Turner.
Turner fue un artista inglés que nació en 1775. Por su temprano talento artístico fue animado por su padre a continuar con la pintura, este fue su más entusiasta admirador. Su obra en general se caracteriza por la investigación en los efectos lumínicos, determinante para el desarrollo del impresionismo.
Su trayectoria como artista consta de tres etapas. La primera se desarrolla desde 1800 a 1820, y en ella creó pinturas con temas históricos y mitológico. La segunda etapa se va desde 1820 hasta 1835, esta se caracteriza por una mayor profundización en la investigación de los efectos lumínicos y la uso de colores más brillantes y unos contornos más indefinidos. Por último, la tercera etapa va desde 1835 hasta 1845, en ella encontramos las mejores obras de toda su carrera, observamos como en las obras de este período plasma un paisaje lleno de fuerza y de movimiento en el que se diluyen los contornos hasta perderse y convertirse en una mera impresión de luz, color y movimiento.
Su mayor éxito lo logró con el desarrollo de un estilo muy personal y con la investigación acerca de los efectos atmosféricos y lumínicos de la naturaleza, una de las obras en las que vemos una clara representación de estos efectos es en ''Lluvia, niebla y velocidad''. Esta obra es óleo sobre lienzo de 91cm x 121.8cm, en ella encontramos un intento aislado y vanguardista de expresar luminosidad.
El paisaje indefinido y la excesiva luz hacen que el cuadro desprenda más emoción que la representación real de un objeto. El tren y el puente se funden con el paisajes y desaparecen dentro del cuadro que aparenta estar cubierto por una niebla entre la que se distingue el vapor de la locomotora. A pesar de la ausencia de detalles, se ha podido identificar esta vista con el puente del ferrocarril sobre el Támesis, construido en 1839 entre las localidades de Taplow y Maidenhead. Dicha obra de ingeniería fue muy criticada por dudar de la solidez de los dos grandes arcos de ladrillo que la sostenían.
Turner intenta conseguir los efectos de la acuarela mediante el óleo, por eso el color sustituye al dibujo como elemento esencial de la composición y las formas acaban por diluirse en un juego de luces, aspecto admirado por los impresionistas. El color predomina sobre el dibujo apareciendo los contornos fuertemente desdibujados. La paleta de colores utilizada es la típica de la última etapa de Turner, con colores terrosos que abarcan desde el marrón al amarillo.
La composición está ordenada a través de una diagonal que va desde el primer plano del cuadro hasta el fondo, como si fuera un punto de fuga.
Pilar Hernández, Natalia Soriano y Claudia Esteban

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