sábado, 16 de mayo de 2015

LOS RELOJES BLANDOS DE DALÍ

Salvador Felipe Jacinto Dalí i Domènech, fue pintor, escultor, grabador, escenógrafo y escritor español. Se le considera uno de los máximos representantes del surrealismo.

Salvador Dalí es conocido por sus impactantes imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir entre otras a la influencia del arte renacentista.

Su personalidad imaginativa se vio afectada por la muerte de su hermano, nueve meses antes de su nacimiento murió y sus padres hicieron creer que era la reencarnación de su propio hermano Salvador. Este hecho provocó que Dalí desarrollara una extremada imaginación, su principal objetivo es atraer con sus obras la atención del espectador.

Es 1966, tras una exposición de arte descubrió su interés por la pintura contemporánea y comenzó a pintar con el maestro Nuñez. A partir de aquí comenzó a formarse y a trabajar estilos vanguardistas diferentes, concretamente podemos dividir su vida artística en tres etapas diferentes:
    - La primer etapa (hasta 1928) asimilo el postimpresionismo, el cubismo sintético y el primer surrealismo.
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      - En el año 1929 comenzó la segunda etapa marcada por conocer a su esposa Gal, la cual estaba vinculada con el surrealismo francés y lo introdujo también a él. Este movimiento aporto características como una iconografía única y la manera de representar espontáneamente las formas y asociaciones que se crean en su mente.
Su iconografía se basa en elementos blandos, enmarcados en paisajes y arquitectura de gran dureza.
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       - En la tercera y última etapa: Dalí fue expulsado del grupo de surrealistas por sus ideales por sus ideales políticos, pero continuo en el mundo de la pintura con una estética cercana al clasicismo y al barroco.

La obra de la persistencia de la memoria fue realizada en 1931, durante su segunda etapa artística

Con respecto a las medidas de este cuadro son 24x33cm. En él, el dibujo cobra gran importancia, con contornos muy marcados y un gran detallismo y exactitud en los objetos, pero por sus dimensiones no son reales y están deformados.

La luz también tiene un papel importante. El cuadro está dividido en dos partes no simétricas; Una tenebrista con un foco de luz a la derecha que ilumina suavemente los objetos, que proyectan sus sombras y da la sensación de que las figuras se recortan en el espacio; la otra parte está fuertemente iluminada al fondo, con una luz muy blanca, irreal.

El color es rico y variado; predominan los tonos fríos (azules, grises, blancos), que contrastan con los cálidos (marrones, ocres y amarillos).

La composición está muy estudiada. Domina la línea horizontal del mar al fondo, remarcada por la luz que divide el cuadro en dos mitades desiguales pero armoniosas. Esta línea horizontal se contrasta con la línea vertical que forma la rama seca del árbol. Para dar dinamismo a la obra, el pintor dibuja líneas diagonales (mesa, cabeza) y líneas curvas (relojes, cabeza). El color contribuye a lograr efectos como el acercamiento de las figuras con colores cálidos y el alejamiento de las figuras con colores fríos. La perspectiva es aérea.

Esta obra también esconde un gran simbolismo:

-Las rocas y el paisaje son duros y  simbolizan lo que perdura en el tiempo.

-Los relojes son blandos porque simbolizan el paso del tiempo, la memoria que en algún momento se acaba. Además los tres relojes presentan horas distintas, para simbolizar la relatividad del tiempo.

- Las hormigas que están sobre los relojes representan la decadencia del tiempo, las hormigas se acercan a lo que está en putrefacción y estos relojes están condenados a la putrefacción

Aunque no se aprecia muy bien, Dalí firmó este cuadro con el nombre de Olive Salvador Dalí. Olive era una de las maneras como Dalí llamaba a Gala porque decía que tenía lacara ovalada y del color de una oliva.

En conclusión, Dalí realizó este cuadro con el objetivo de que cada persona tuviera una interpretación distinta de él  y pudiera sacarle fruto a la creatividad de cada uno.

Una de sus citas acerca de este cuadro es: “Podeís estar seguros de que mis famosos relojes blandos no son más que el queso Camembert del espacio y del tiempo, que es tierno, extravagante, solitario y paranoico-crítico”



Ana Ibáñez, Cristina Blas y Carmen Romero 



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