domingo, 17 de mayo de 2015



EL GUERNICA
Pablo Diego Ruiz Picasso, famoso desde la juventud, admirado y solicitado por los célebres y poderosos, fue esencialmente un español sencillo, saludable y generoso, dotado de una formidable capacidad de trabajo, enamorado de los barrios bohemios de París, del sol del Mediterráneo, de los toros, de la gente sencilla y de las mujeres hermosas, afición que cultivó sin desmayo. Nace en Málaga. El padre era profesor de dibujo en la Escuela Provincial de Artes y Oficios, conocida como Escuela San Telmo. La primera infancia de Pablo transcurrió entre las dificultades económicas de la familia y una estrecha relación entre padre e hijo, que ambos cultivaban con devoción. El niño era un escolar menos que discreto, bastante perezoso y muy distraído, pero con precoz facilidad para el dibujo, que don José estimulaba.
La familia se traslada a La Coruña, en cuyo Instituto da Guarda son requeridos los servicios del padre como profesor. Pablo inicia sus ensayos pictóricos, y tres años más tarde su progenitor y primer maestro le cede sus propios pinceles y caballetes, admirado ante el talento de su hijo, más tarde el joven  es aceptado en esta escuela.
Obtiene una mención honorífica en la gran exposición de Madrid por su obra Ciencia y caridad, todavía de un realismo académico, en la que el padre ha servido de modelo para la figura de un médico. La distinción lo estimula a rendir oposición al curso adelantado en la Academia de San Fernando, mientras sus trabajos, influenciados por El Greco y Toulouse-Lautrec, obtienen nuevas medallas en Madrid y Málaga
Realiza su primera muestra individual en ElsQuatreGats de Barcelona, de ambiente bohemio. Finalmente, en el otoño del año 1900 hace una visita a París para ver la Exposición Universal.
Al estallar la Guerra Civil, Picasso apoya con firmeza al bando republicano, y acepta simbólicamente la dirección del museo del Prado, mientras en 1937 pinta el Guernica en París. Dos años después se realiza una gran exposición antológica en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Deprimido por el triunfo de los nacionales y la posterior ocupación de Francia por los nazis, pasa la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial trabajando en su refugio de Royan.
En 1944, se afilia al Partido Comunista Francés y da a conocer 77 nuevas obras en el Salón de Otoño.
Dejó tras de sí la mayor y más rica obra artística personal de nuestro siglo, y una fabulosa herencia que provocó agrias disputas.
Esta obra pictórica fue creada entre los meses de mayo y junio de 1937. El origen de la iconografía de desgarro y devastación tiene su origen en los sucesos del 26 de abril de 1937, en que la Legión Cóndor alemana bombardea el pueblo vasco de Guernica, durante la Guerra Civil Española. La noticia se difunde rápidamente por Europa, y Picasso, que vive entonces en París, lee en la prensa lo sucedido. El impacto que le provoca va a ser el detonante de su creatividad para ralizar esta obra.
Fue un encargo que realizó el Director General de Bellas Artes, Josep Renau por petición del Gobierno de la República Española. Este encargo se realizó para ser expuesto en el pabellón español durante la Exposición Internacional de 1937 en París, con el fin de atraer la atención del público hacia la causa republicana en plena Guerra Civil Española.
 Esta obra no sólo es considerado una de las obras más importantes del arte del siglo XX, sino que se ha convertido en un auténtico "icono del siglo XX", símbolo de los terribles sufrimientos que la guerra inflige a los seres humanos.
Esta obra tiene aspecto de mural y se acerca a las pinturas románicas, tiene unas dimensiones de 349,3x776,6, siendo óleo sobre lienzo.
En el significado de esta obra vemos que las nueve figuras evocan lo mismo: el dolor, la muerte, el miedo, la destrucción, la rabia y la rebeldía, el grito y también la esperanza. Y los objetos reflejan el mismo lenguaje. Por una parte se pone de manifiesto la guerra a través de diferentes armas, como la espada, las flechas, la lanza o las bombas, posiblemente aludidas con la bombilla; por otra parte, la esperanza, insinuada mediante la flor en la mano del guerrero, la herradura de la pata del caballo o la luz natural del candil de la mujer que sale por la ventana. Picasso conforme va ensayando sus formas en los bocetos, traslada sus ideas al mural y va transformando, definiendo y recolocando a sus personajes. También introdujo pequeños toques de color a través de algunos collages, pero que finalmente decidió suprimir. La composición adquiere la forma de un tríptico con dos franjas verticales a ambos lados y un triángulo en el centro con la
 lámpara como vértice superior y la mano abierta del guerrero y el pie de la mujer que corre como vértices inferiores. En el cuadro encontramos contrastes de luz y sombra, de blanco y negro.
Entrando en el comentario técnico, el Guernica se trata de un óleo sobre lienzo con unas dimensiones de 3,50 x 7,80. En este cuadro, a pesar de su nombre no hay en el ninguna referencia directa sobra la guerra civil española. En cuanto a los colores está pintando únicamente en blanco y negro y una amplia variada gama de grises.
La estructura de este cuadro es semejante a la de un tríptico, cuyo panel central está ocupado por el caballo agonizante y la mujer portadora de la lámpara, en el lateral derecho se sitúa la casa en llamas con la mujer llorando, y en el izquierdo el toro y la mujer con su hijo. Las figuras están organizadas en triángulos, de los cuales el más importante es el central, que tiene como base el cuerpo del guerrero muerto y como vértice la lámpara. En el cuadro aparecen representados seis humanos y tres animales (Toro, caballo y paloma). Los más destacados son:
-          El Toro: Aparece en la izquierda del cuadro, con el cuerpo oscuro y la cabeza blanca, Picasso sobre el simbolismo del toro indico que representaba brutalidad y oscuridad, también se ha señalado que la figura del toro como en otros cuadros de Picasso, puede ser un autorretrato del propio artista.
-          Madre con hijo muerto: Se sitúa bajo el toro, como si estuviese protegida por él, con la cara mirando hacia el cielo expresando un grito de dolor. Sostiene en sus brazos a su hijo ya muerto, según algunos críticos, esta imagen hace un alegato a la Virgen María sosteniendo en sus brazos a su hijo muerto.
-          Paloma: Situada entre el toro y el caballo, a la altura de sus cabezas, no resulta visible a simple vista. Es del mismo color que el fondo y únicamente está trazada su silueta, aparece representada con la cabeza vuelta hacia arriba y con el pico abierto. Se ha considerado un símbolo de paz rota.
-          Bombilla: Es una de las imágenes que más intriga envuelve, está ubicada en el centro del cuadro. Se interpreta como un avance científico y electrónico y social, pero al mismo tiempo una forma de destrucción masiva en las guerras modernas. El bombardeo de Guernica pudo ser una prueba de ello. 
-          Caballo: Ocupa el centro de la composición, su cuerpo esta hacia la derecha, pero su cabeza al igual que la del toro se vuelve hacia la izquierda. Adelanta una de las patas para mantenerse en equilibrio, pues parece que esté a punto de caerse. En su costado tiene una herida, y esta además atravesado por una lanza. Su cabeza y cuello son grises mientras que el pecho y sus patas son de color blanco. Simboliza las víctimas inocentes de la guerra.
-          Hombre implorando: Aparece un hombre mirando al cielo como rogando a los aviones que dejen de bombardear, es la forma artística del autor de decir “basta de guerras”
Como conclusión destacamos que Picasso dejó bien claro que, pese a ser patrimonio del estado español esta maravillosa obra, no debería ser expuesta en su país hasta que las garantías democráticas fueran restauradas y Franco no gobernara. El MOMA (siglas del Museo de Arte Moderno, en castellano) de Nueva York se convirtió entonces en sede permanente del inmenso lienzo.

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